Luego, cuando las condiciones lo permitieron, la construcción popular comenzó a mejorar su calidad, siguiendo el mismo estilo típico colonial del resto de Brasil, de herencia portuguesa, y que se describe históricamente como una derivación del Barroco.Encima, se observaba el mismo esquema, pero solamente con ventanas, y un tejado a cuatro aguas como cobertura.Las aperturas eran en forma de arco abatido, características del Barroco colonial, siendo que las superiores recibían una cornisa ornamental encima, también en curva.Su trazado era de un Barroco tardío, o Rococó, muy simples, casi sin ningún ornamento externo.Por dentro un vestíbulo bajo el coro, una nave, una capela-mor con un retablo escenográfico al fondo, altares secundários en nichos laterales y escultura.La primera Principal de Porto Alegre no fue excepcionalmente rica, pero tenía una decoración interna bastante significativa en un estilo Rococó extravagante y vigoroso, similar al que aún hoy podemos ver en la Principal de Viamão.Su aspecto actual no es completamente original, habiendo sido remodelado en el siglo XIX.[5] La herencia del estilo colonial se mantuvo fuerte en la ciudad hasta fines del siglo XIX, especialmente en la arquitectura popular, donde su perfil era muy austero, y el único ornamento era un arco en las aberturas o un enrejado de hierro trabajado, y más raramente un revestimiento de azulejos en las portadas.Aunque su diseñada portada colonial haya sido modificada, su interior está intacto, y exhibe un rico tallado dorado.Una década más tarde sería colocada la piedra fundamental de la Iglesia del Rosário, en estilo Barroco colonial, demolida en 1951.Sufrió una degradación acentuada y casi fue demolido en los años 70, pero felizmente está recuperado.La construcción tuvo su piedra fundamental lanzada en 1864, siendo inaugurado en 1869, y sustituyó el mercado anterior, más modesto.Las obras del Palacio Provisorio iniciaron en 1857 y el proyecto incluía soluciones estructurales modernas para la época, como la losa de cobertura con sistema de perfiles en ángulo doble "T " combinado con ladrillos por compresión, formando pequeños arcos.Una burguesía enriquecida formada principalmente por descendientes de inmigrantes alemanes, junto con las esferas oficiales, dieron el impulso más decisivo, encomendando obras suntuosas, en un momento en que el estado experimentaba una fase de prosperidad, convirtiéndose en la tercera economía del Brasil.[16] También importante fue la formulación en 1914 por la Intendencia Municipal del Plano General de Mejoramientos, concebido posiblemente por Juan Moreira Maciel, y considerado por Helton Bello el mayor legado de la administración positivista en términos urbanísticos, por ser un instrumento fundamental para las transformaciones modernizadoras que se consolidarían luego, suplantando la estructura y la imagen urbana de herencia colonial.Presente en la ciudad desde mediados del siglo XIX, sus primeras manifestaciones fueron discretas - una pequeña capilla en la Plaza de la Principal, el Imperio del Espíritu Santo, y las balaustradas modificadas de la Cúria Metropolitana.[5][11][25] Adepta al Déco fue la generación siguiente, donde se destacaron Fernando Corona, Armando Boni y Joseph Franz Seraph Lutzenberger.Sus obras reflejan esa nueva síntesis y una nueva visión del progreso de su belleza relacionada con la simplicidad, racionalidad, practicidad y autenticidad estructural, ideales que serían llevadas a una radicalización con los modernistas.[27] Boni, por otra parte, creó el edificio de la Librería del Globo, la Concha Acústica del antiguo Auditório Araújo Vianna y el Cementerio São Miguel y Almas, que es el primer cementerio vertical de toda América Latina, además de varias obras públicas y privadas, como su propia residencia.Lutzenberger vino de Alemania para trabajar en la construtora Weis & Cia, proyectando edificios importantes, tales como la Iglesia Sao José, el Palacio del Comercio y el Instituto Pão de los Pobres.Varios barrios o lotes urbanos residenciales creados principalmente en los años 1930 y 1940 propusieron una interpretación local del prototipo de la "ciudad jardín", con un trazado orgánico de construcciones aisladas a baja escala y con una vegetación densa, cuyos mejores ejemplos son la Vila Jardim, la Vila Assunção y la Vila Conceição.[39] La verticalización se aceleró y fueron construidos en la periferia extensos conjuntos habitacionales financiados por el Banco Nacional de la Vivienda.Frente al despropósito oficial para con el pasado arquitectónico, algunos intelectuales comenzaron a protestar contra tantas demoliciones, lanzando las simientes para la formación de una conciencia preservacionista que lentamente iría ganado cuerpo entre los portoalegrenses.Por otro lado, los medios académicos ya iniciaban una revisión del Modernismo y la influencia de arquitectos uruguayos que en ese entonces se tornó significativa, introduciendo recursos técnicos inéditos como la cerámica armada.Fue entonces que se entendió definitivamente que sería necesaria una estrategia más comprensiva no solo entre la arquitectura y el urbanismo para un crecimiento general armonioso, sino además, también era preciso atraer otras áreas del saber para las constantes discusiones, e imaginar soluciones más dinámicas, realistas y adaptables al perfil cada vez más fluido de la sociedad, desenvolviendo planos estratégicos fundamentados en los ejes de estructuración y movilidad urbana, en las formas de uso del suelo privado, en la calificación ambiental, en la promoción económica y en una serie de criterios más actualizados de planeamiento.Siempre teniendo en cuenta aspectos de la memoria colectiva, identidad cultural y convivencia humana.[40][41][42][43] También se reconoció la existencia del "centro histórico", proponiendo medidas de conservación y desarrollo sustentable.Los ejemplos más paradigmáticos de esa tendencia son los controversiales shopping centers que en los últimos años han invadido el paisaje, muchos de ellos con soluciones formales osadas, decoración extravagante y un espíritu high-tech, pero cuyo gusto y pertinencia para el paisaje son, a veces puestos bajo sospecha.
Interior de la antigua iglesia matriz, posiblemente en su configuración original.
Vista sur de Porto Alegre, hacia 1852. Acuarela de Herrmann Wendroth.
Decoración en la fachada de la antigua Delegación Fiscal, actualmente el Museo de Arte de RS, con las estatuas alegóricas de la Ganadería y de la Navegación.
Correos y Telégrafos, hoy el Memorial de Río Grande del Sur.
Vista del centro a inicios del siglo
XX
. El estilo eclético sustituyó completamente la arquitectura colonial.