Arqueología de Ecuador

El pensaba en la historia como una forma de "enseñanza moral", y este pensamiento también se extendió a la arqueología.

[1]​[2]​ La investigación del pasado arqueológico del Ecuador continuó en manos de estudiosos como el ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño o los extranjeros Max Uhle, Paul Rivet y René Verneau.

Sí existían sin embargo sociedades como el Instituto de Antropología e Historia que impulsaban los estudios científicos.

[1]​ Quien tomaría la batuta sería Emilio Estrada Icaza junto a los arqueólogos Clifford Evans y Betty Meggers, quienes estudiarían las culturas formativas de la región litoral.

De esta forma se logró una nueva periodización basado en el esquema Steward que presentaría en 1948: los períodos Precerámico, Formativo, Desarrollo Regional e Integración.

Se lleva a cabo el proyecto Ecuabel, en colaboración con Bélgica con el objetivo investigar las culturas prehispánicas y dar asistencia al Instituto de Patrimonio Cultural.

Esto no estaría libre de controversia puesto que causaría un debate con el sociólogo Pío Jaramillo Alvarado y el historiador González Suárez.

[6]​ Esto a su vez sería reforzado con la novela del escritor Benjamín Carrión titulado simplemente "Atahuallpa" en donde se lo considera como el último gran Inca que unificó el imperio.

[8]​ Por esta razón la arqueología se enfrentaba a la sociología y literatura que por razones nacionalistas (Ecuador se encontraba en guerra con Perú) buscaba reinterpretar la guerra civil incaica y su relación con el conflicto militar de esa época.