A su regreso a España, se vincula a un grupo de actores estadounidenses conocido como "work shop", relacionado con las producciones de Samuel Bronston; productor independiente que levantó en España superproducciones en lengua inglesa como Rey de reyes o El Cid, en las que Antonio Mayans consiguió papeles gracias a sus conocimientos de inglés y su formación como actor.
Aunque también tocaron muchos más géneros incluyendo alguna película infantil que rodó con sus propias hijas que acostumbraban a viajar con el equipo de rodaje de Jesus Franco y con el que formaron casi una familia durante la década de los 80.
Utilizó abundantes seudónimos en las películas de Jesús Franco, entre ellos, el de Robert Foster; algo que guardaba relación con el supuesto deseo del realizador madrileño de trabajar con el actor estadounidense Robert Forster, algo que finalmente conseguiría en La bahía esmeralda (1989).
Carlos Aured, el director previsto inicialmente, abandonó el rodaje y murió poco después: le sustituyó Paul Naschy, con el que Mayans ya había trabajado en varias ocasiones, y que moriría antes de ver estrenada la película.
Como actor, su filmografía supera en total el centenar y medio de títulos.