[3] Los corrimientos de tierra pueden ser provocados por terremotos, erupciones volcánicas o inestabilidad en las zonas circundantes, así como explosiones causadas por el hombre para construcciones.
Aunque puede decirse que ingenierilmente no es posible evitarlo, sí se pueden mitigar los efectos aplicando criterios básicos de bioingeniería e ingeniería ambiental.
Debido a la gran cantidad de agua intersticial que presentan, las presiones intersticiales son tan elevadas que un seísmo, o una carga dinámica, o la elevación del nivel freático, pueden aumentarlas, llegando a anular las tensiones efectivas.
Esto motiva que las tensiones tangenciales se anulen, comportándose el terreno como un «pseudolíquido».
[6] Se ha detectado evidencia de deslizamientos anteriores en muchos cuerpos del sistema solar, pero desde que existen más observaciones por sondas que observan solo por un tiempo limitado y la mayoría de los cuerpos del sistema solar parecen ser geológicamente inactivos, se sabe que no muchos deslizamientos de tierra han ocurrido en los últimos tiempos.