Por el suroeste desemboca el río Razón, a los pies de la Sierra Carcaña.
Objetos que se han atribuido a la Segunda Edad de Hierro.
En 1016, Sancho III, rey de Pamplona, y el Conde de Castilla Sancho Garcés firman una Concordia en la que reconocen los mojones tradicionales, cuya colocación se atribuye a Fernán González.
Durante la invasión napoleónica, entre 1808 y 1812 se contabilizaron hasta 22 incursiones de las tropas francesas, al mando del General Durquier, en Almarza, allanando todo tipo de viviendas, expoliando cuantos recursos podían serles provechosos y requisando ganados sin indemnización alguna.
En 1835, durante la primera guerra carlista, el cura Merino fue derrotado en Almarza y Gallinero por el Coronel Miguel Mir, huyendo por Piqueras y marchando, a principios de 1836, a Oñate siendo recibido en la Corte de D. Carlos como un auténtico héroe.
También hay que dejar constancia de las incursiones del brigadier carlista Basilio Antonio García a partir de 1836 quien, por Yanguas, Arévalo, Almarza, Chavaler, Garray, llegó a Soria capital.
Con algunas personas más celebraron una merienda en esta localidad, desconocedores de que el ejército se había sublevado el día anterior en Marruecos.
Pero después, considerando que su intervención en política había sido casi nula, se presentó en el Gobierno Civil de Soria, donde quedó detenido.
Otros vecinos fueron multados y tachados de “malos patriotas”, por no haber contribuido a la suscripción del “Día del Plato Único”, y sus nombres publicados para escarnio público.