Calatañazor

Parte del municipio está integrado en la Reserva Natural Sabinar de Calatañazor.

En su acceso por la zona baja, viniendo desde Muriel de la Fuente, las murallas que guarnecen la población por este flanco y las ruinas del castillo otorgan a la localidad ese peculiar aspecto de fortaleza que la caracteriza.

El poeta Gerardo Diego, sin duda impresionado por la serena estampa e historia de Calatañazor le dedicó un bello poema,[1]​ cuyas estrofas, grabadas en bronce, decoran un monumento dedicado al Almanzor, erigido en el centro del pueblo.

Aunque se ha propuesto repetidas veces Qal`at an-Nusur, ‘castillo de las águilas’, parece preferible, por razones fonéticas, partir en el segundo término del compuesto del árabe an-nazur ‘torre, vigía’.

El término más o menos deformado por etimología popular, se repite abundantemente en la toponimia hispánica.

En atención al origen árabe de su denominación cabría pensar que también lo es el de la población, mas no, el poblado se remonta a unos diez siglos atrás, aunque no en su presente ubicación.

De la época visigótica pudieran ser las tumbas antropomorfas que aparecen excavadas en la roca en la base del castillo, visibles desde este y accesibles por la vega.

Sancho García, a la sazón Conde de Castilla, que se había enfrentado a las huestes de Almanzor dos años antes en Peña Cervera, donde, si bien resultó derrotado como siempre, apreció quizá debilidades nunca antes advertidas en los ejércitos mahometanos, bien pudo calcular que había llegado el momento y la ocasión de rendir en combate a Almanzor, envejecido, enfermo y ahora en retirada.

Así pudo haber sucedido la batalla de Calatañazor, aunque documentalmente no sea dado asegurarlo ni desmentirlo.

La singularidad de esta estriba en el alfiz rectangular que enmarca el arco de la puerta, un componente habitual en las construcciones árabes, cuya presencia aquí se debe, sin duda, a los numerosos musulmanes que residían en Calatañazor.

En su interior se halla una pila bautismal románica del siglo XI, el Cristo de Calatañazor o del Amparo, talla del siglo XV en un retablo barroco del siglo XVII, y un pequeño museo que guarda variadas piezas de interés histórico y artístico, entre las que destacan las confirmaciones de privilegios originales de la villa otorgados por Enrique IV en 1456, los Reyes Católicos en 1477 y Carlos V en 1530.

Sólo presenta decoración esta puerta en su arquivolta exterior que voltea sobre los ábacos volados al haber desaparecido las columnas adosadas a las jambas.

Tanto los capiteles como los canecillos que se distribuyen bajo el alero son de una talla admirable, en particular una figurilla representando a un músico sedente.

Se conserva la portada en regular estado ostentando una sencilla decoración a base de bifolias.

Ejemplo de casa típica con sus chimeneas cónicas.
El sabinar.
Arquitectura popular
Antiguo olmo —hoy día desaparecido— en 1976.
Calle principal.
Castillo
Iglesia de Nuestra Señora del Castillo.
Ermita de la Soledad
Iglesia de San Juan.