[1] Su infancia se desarrolló entre Alemania, Inglaterra y el Mediterráneo, siguiendo los destinos de su padre, oficial naval.
[3] Se le diagnosticó esquizofrenia en 1930, por lo que fue internada en un sanatorio y a su regreso vivió separada de su marido.
[6] Permaneció en Atenas durante la Segunda Guerra Mundial,[7] auxiliando a los refugiados judíos, por lo cual fue reconocida como Justa entre las Naciones en Yad Vashem.
[14] Alicia pasó su niñez entre Darmstadt, Londres, Jugenheim y Malta, donde ocasionalmente fue enviado su padre como oficial de la Marina Real.
[10] Su madre notó su lentitud para aprender a hablar y se preocupaba porque su pronunciación no era muy clara.
[1] Recibió educación privada y como parte de sus estudios le enseñaron francés.
Al día siguiente tuvieron dos ceremonias religiosas, una luterana en la Evangelical Castle Church y una ortodoxa griega en la Capilla Rusa, en Mathildenhohe.
En esa ocasión conversó con su tía, la gran duquesa Isabel Fiódorovna Románova, que estaba formulando planes para fundar una orden religiosa de enfermeras.
Un grupo de oficiales insatisfechos formaron una liga militar nacionalista griega, que finalmente condujo a la dimisión del príncipe Andrés del ejército y el ascenso al poder de Eleftherios Venizelos.
Durante los siguientes años, la mayor parte de la familia real griega viviría en Suiza.
[27] Con la restauración del rey Constantino en 1920, la familia volvió brevemente a Grecia y tomaron residencia en Mon Repos, propiedad ubicada en la isla de Corfú.
[28] Sin embargo, después de la derrota del ejército helénico en la Guerra Greco-Turca, un comité revolucionario bajo el mando de los coroneles Nikolaos Plastiras y Stylianos Gonatas tomaron el poder y forzaron al rey Constantino a marchar otra vez al exilio.
Después de un juicio manipulado,[3][30] Andrés fue condenado al destierro y la pareja junto con sus hijos abandonó Grecia a bordo de un crucero británico, el HMS Calypso, bajo la protección del agregado naval, el comandante Gerald Talbot.
Ese invierno tradujo al inglés la defensa de su marido en relación con sus acciones durante la Guerra Greco-Turca.
[34] En 1930, tras sufrir una severa depresión, le fue diagnosticada esquizofrenia paranoide en el sanatorio del doctor Ernst Simmel en Tegel, en Berlín.
[35] Fue forzada a separarse de su familia e internada en el sanatorio del doctor Ludwig Binswanger en Kreuzlingen, en Suiza.
[47] Cuando Atenas fue liberada en octubre de 1944, Harold Macmillan visitó a Alicia y la describió como: «viviendo humildemente, por no decir en condiciones miserables».
[48] En una carta a su hijo, Alicia admitió que la semana previa a la liberación no había tenido ningún alimento, excepto pan y mantequilla, y que no había comido carne durante varios meses.
[51] Alicia volvió a Inglaterra en abril de 1947, para asistir en noviembre a la boda de su único hijo varón, el ahora teniente Felipe Mountbatten, con la princesa Isabel, hija mayor y heredera del rey Jorge VI.
Se capacitó en la isla griega de Tinos, estableció una casa para la orden en una aldea al norte de Atenas y emprendió dos viajes a los Estados Unidos en 1950 y 1952, en un esfuerzo para recolectar fondos.
«¿Qué se puede decir de una monja que fuma y juega a la canasta?», diría más adelante.
[55] En 1960, visitó la India por invitación de Rajkumari Amrit Kaur, que estaba impresionado por su interés en el pensamiento religioso hindú y por su búsqueda espiritual.
El viaje tuvo que ser interrumpido cuando repentinamente Alicia se sintió mal.
Era una persona con una profunda fe religiosa y lo habría considerado una reacción natural humana hacia el prójimo en un momento de aflicción».