A su regreso, luchó vigorosamente contra la herejía desenfrenada en Bosnia y formó una cordial amistad con el antiguo Maestro de la Orden, Niccolò Boccasini, Legado Papal en Hungría y futuro Papa Benedicto XI.
Niccolò Boccasini, legado papal, en 1303 nombró y consagró personalmente a Agustín, obispo de Zagreb.
Según el historiador Baltazar Adam Krčelić, mientras la catedral de Zagreb estaba en construcción en 1312, hubo una sequía, y con la intercesión del obispo, una fuente de agua, conocida como Manduševac, brotó en la actual plaza Ban Jelačić los últimos años.
Sin embargo, no existe evidencia documental o material de la paternidad de todas estas estructuras por parte del Obispo e incluso del Archivo Diocesano de San Nicola di Bari, dirigido entre otras cosas por un padre dominico, han excluido que pueda haber vínculos con Agustín.
En este sentido, cabe mencionar un hecho prodigioso que, según la tradición, habría ocurrido durante una tormenta del siglo XVIII: algunos testigos aseguraron haber visto al obispo aparecer en las nubes, mientras empujaba las nubes lejos de Lucera.