Sin embargo, Trogir se recuperó tras un corto periodo experimentando una poderosa prosperidad económica durante los siglos XII y XIII.
Tras la Primera Guerra Mundial, Trogir, junto con toda Croacia, pasó a formar parte del "Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios", lo que posteriormente sería conocido como Yugoslavia.
Trogir posee una enorme cantidad de palacios, iglesias y torres, así como una fortaleza en una pequeña isla cercana.
Según el informe de esta institución: "La planta ortogonal de este asentamiento isleño data del periodo helénico y fue posteriormente embellecido por los sucesivos regidores con agradables edificios públicos y domésticos, así como fortificaciones.
Sus bellas iglesias románicas se ven complementadas por sobresalientes edificios renacentistas y barrocos del periodo veneciano".
Trogir es el complejo románico-gótico mejor conservado no sólo del Adriático sino de toda la Europa central.