Sin embargo, como la empresa no había podido poner en el espacio el satélite Nahuel II, esos incumplimientos hubieran provocado la quita de la adjudicación, dejado al país sin ninguna posición satelital.[3] Luego de asumir la presidencia Néstor Kirchner, el gobierno solicitó una prórroga, la cual fue otorgada por la UIT, pero la empresa Nahuelsat se declaró en quiebra, entró en proceso de convocatoria y liquidó sus bienes.El mismo se formuló para conducir al país al dominio integral de esta tecnología, con el objeto que la información generada desde el espacio pueda satisfacer las necesidades de determinadas áreas del aparato productivo nacional, así como también prevenir y minimizar los impactos negativos de desastres y emergencias (naturales o provocados por el accionar humano).Antes de esa fecha el gobierno argentino debía colocar un satélite y realizar una transmisión, para conservar la adjudicación de la ITU, que ya había sido reclamada por Reino Unido.De no hacerlo, perdería los derechos sobre una privilegiada posición que permite dar comunicaciones y TV a toda América, incluido Estados Unidos.[3] El gobierno argentino negoció con la empresa canadiense Telesat por el alquiler del satélite en desuso Anik E2 que orbitaba el cielo venezolano.En aquel momento, el gobierno venezolano tenía la exclusividad para el uso de dicho satélite.[17] En 2007 se inició en la operación y prestación de servicios sobre satélites alquilados.[18] Tenía como principal mandato contratar la ingeniería y desarrollo de sus satélites con manufactura nacional, los que serán construidos dentro del marco del proyecto Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones (SSGAT).Están viendo los perfiles de las redes sociales para ver con quién nos comunicamos».Los trabajadores despedidos aseguraron que la medida «responde a una lógica de achicamiento del Estado y persecución ideológica para con los trabajadores»,[33] y «listas negras» por parte de Loredo.[36] A fines de 2015, la empresa calificó como «incobrables» los servicios que Arsat le prestaba al Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.[42][43][44][45] La política satelital del gobierno fue criticada debido a la decisión de autorizar la operación de 23 satélites extranjeros que compiten con el Arsat 2 y reducen la viabilidad del Arsat 3.[46] En julio de 2017 el gobierno firmó un contrato de asociación de la empresa satelital estatal ARSAT con la empresa estadounidense Hughes[47] Este contrato fue criticado por no ser remitido al Congreso como lo establece la ley[48] y por sostener condiciones desventajosas para la empresa estatal argentina.[48] La operación también fue objeto de debate sobre la naturaleza del contrato, ya que mientras la oposición y algunos especialistas sostuvieron que se trataba de una privatización, debido a que al tener la mayoría accionaria, la empresa estadounidense tenía el poder para tomar las decisiones sobre el satélite argentino.[57] La planificación e ingeniería del satélite fueron desarrolladas por ambas empresas desde 2007 hasta 2010.[9][58] Desde noviembre de 2014 se migraron los servicios que estaban siendo realizados desde el satélite alquilado AMC-6 al ARSAT-1.[67] En 2020 la empresa anunció que se estaba definiendo los detalles del contrato con INVAP para la construcción del satélite, siendo renombrado como ARSAT-SG1, debido al cambio de plataforma utilizada por el satélite.La red federal de fibra óptica (Refefo) fue lanzada en el año 2009, construyó 15.453 kilómetros de la Red Troncal de Fibra Óptica, junto a ello se compró otros 4494 kilómetros a empresas privadas y otros 8305 kilómetros a las telefónicas.[72][73] ARSAT tiene dos satélites geoestacionarios en órbita, el ARSAT-1 y el ARSAT-2, mientras que se encuentra desarrollando el ARSAT-SG1.