)[1] fue un periodista y abogado español, presunto autor de un atentado fallido contra la reina Isabel II en Madrid en 1847.
En 1844 viajó a Madrid acompañando a su hermano, que iba a ingresar en un colegio militar, y se estableció en la villa; durante su estancia allí colaboró en el periódico El Clamor Popular y ejerció ocasionalmente como abogado en el bufete de Félix Erenchun, completando sus ingresos económicos con las ayudas recibidas de su familia.
"Bajito, delgado, con anteojos y la voz algo atiplada", La Riva sufría crisis ocasionales de epilepsia parcial compleja, en las cuales durante varios minutos veía alterada su conciencia, permaneciendo aturdido e incapaz de hablar o moverse.
[12] Habiendo fallecido su esposa en junio de 1847[13] durante su estancia en prisión, La Riva abrazó el estado eclesiástico.
Tampoco sería el único atentado, si así se le puede considerar, cometido contra Isabel II: en 1852 el sacerdote Martín Merino y Gómez la apuñaló en el interior del Palacio Real de Madrid, y en 1856 Ramón Fuentes se delató a sí mismo antes de disparar contra ella por encargo de Pedro Redondo y Marqués.