Debió dimitir del cargo durante su segundo mandato consecutivo por el escándalo de las condecoraciones.
Durante los debates para la elaboración de la Constitución, propone La Enmienda Grévy contra la elección del presidente de la república por sufragio universal, enmienda que será rechazada.
En 1849 Grévy es elegido en la asamblea legislativa, y después es vicepresidente de la misma.
[2] El mismo día, los parlamentarios eligen a Grévy para el puesto presidencial, y anuncia que nunca jamás irá en contra de la voluntad popular, y de hecho renuncia al derecho de disolución del parlamento.
Así mismo, su mandato incidió en las reformas políticas centradas en la Educación, de carácter anticlerical.
El Presidente apoya las medidas anticlericales de sus ministros, en particular contra las congregaciones religiosas.
Grévy es reelegido presidente en 1885 y se distingue por su sincera oposición al revanchismo contra Alemania, por su interés en el mantenimiento de la paz internacional en Europa, y por su oposición a la expansión colonial francesa, enfrentándose a Gambetta y a Jules Ferry.