[6] En cuanto al nombre del género, Pongo, su origen se debe a un error.Los orangutanes son los segundos primates más grandes de los que existen en la actualidad, después del gorila; su estatura varía entre 1,25 y 1,50 m. Con respecto al peso, el dimorfismo sexual es considerable: las hembras, por lo general, no pasan de unos 50 kg, mientras que los machos alcanzan fácilmente el doble, y en cautividad a veces llegan a pesar aún más.[7] Están cubiertos de pelo largo y fino, que oscurece ligeramente con la edad.Sus brazos son más largos que las piernas, y éstas las pueden curvar hacia dentro, lo cual les permite trepar verticalmente por los troncos, gracias también a que las articulaciones de hombros y caderas son especialmente flexibles.Están especialmente desarrolladas en el orangután de Borneo, que además tiene unas bolsas similares en la garganta.Se desplazan trepando tranquilamente por la foresta, aferrándose a las ramas con las cuatro extremidades; sus pies prensiles y con pulgar oponible hacen la misma función que las manos.Además, comen pescado; a los peces más lentos los cogen con la mano, o usan palos.[9] Se ha estudiado también una forma de comunicación entre la madre y su cría que es sonora, pero no vocal: en inglés la llaman «loud scratch», es decir, una «rascada» ruidosa.[10] Otro comportamiento llamativo se ha resumido diciendo que los orangutanes «son capaces de hablar del pasado».Tras construir la base, colocan encima ramas dobladas, más pequeñas y con hojas, que hacen de colchón.A continuación, trenzan los extremos de las ramas y las clavan en el colchón, aumentando así la estabilidad del nido; en cinco o seis minutos está listo.Los «hombres del bosque» dan prueba de unos conocimientos técnicos considerables para estas tareas.A los quince años, los machos ya han alcanzado la madurez sexual; sin embargo, pueden tardar hasta los veinte en desarrollar sus mejillas características; esto depende en gran medida de la presencia o ausencia de un macho residente.[19] Según luzcan, o no, las llamadas «bridas», adoptan una estrategia de apareamiento diferente.Los que no las tienen vagabundean en busca de hembras en estro, y si encuentran a una, copulan con ella por la fuerza.Los machos residentes a veces establecen, después de copular con una hembra, una relación que puede durar semanas e incluso meses.[20] Las hembras tienen su primera cría entre los catorce y quince años, tras una gestación de nueve meses.A los orangutanes que están o han estado en contacto con humanos les gusta jugar y experimentar con las herramientas de estos.Lo hacen espontáneamente, sin que se les anime a ello; con frecuencia, más bien ocurre lo contrario, por ejemplo cuando se las ingenian para robar o fabricar llaves que les permitan escapar de su jaula.Pero investigadores como Jürgen Döhl, del IWF de Göttingen, les proponen pruebas que sacan a la luz sus habilidades.En aquel momento, la teoría de la evolución aún no había tomado forma en su mente; se encontraba en un estado incipiente.El famoso paleoantropólogo acabaría apadrinándola, como había hecho con Jane Goodall y Dian Fossey.Lo que posteriormente se denominó Camp Leakey era al principio un lugar en condiciones muy precarias, con una cabaña sin luz ni agua corriente.[51] «Me quedo con la imagen de lo mucho que se divertían Binti y los orangutanes.Tras los años pasados en Borneo, tiene una cátedra en el Departamento de Arqueología, Universidad Simon Fraser.El principal peligro que se cierne sobre estos simios es la reducción de su hábitat por deforestación.[59] En las aduanas de Bali, cada cierto tiempo se detiene a personas que pretenden salir del país con un orangután vivo en la maleta.[62] En el peor, morirá joven, y si es una hembra, puede llegar a ser utilizada como esclava sexual.[68][69] Sin embargo, los bebés huérfanos, totalmente dependientes de la madre, pasarán unos seis o siete años en estos centros, hasta haber aprendido todas las habilidades de las que dependen para poder vivir en la selva (reconocer y encontrar plantas comestibles, distinguir las venenosas, construir nidos, trasladarse por los árboles de manera segura y eficaz, orientarse, interaccionar con sus congéneres, etc.).[71] La liberación de aquellos individuos que ya se consideran preparados tampoco es tarea sencilla.
Pongo tapanuliensis
macho/hembra
Mano de hembra adulta
Macho con grandes mejillas
Macho de Borneo con «bridas»
Bebé en su hamaca
Tigre de Sumatra
Leche materna para el pequeño
En el zoo demuestran sus habilidades para obtener una golosina