Lissachatina fulica

[2]​[3]​ La concha del caracol gigante africano puede llegar a alcanzar 13 cm de longitud.[2]​ Son ilegales en algunos países, entre ellos España (desde 2011), donde esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras,[6]​ así como en Estados Unidos, dado que puede convertirse en una plaga y puede cobijar nematodos, parásitos que se alojan en tejidos fibromusculares y secreciones de baba del animal, los cuales pueden causar diversas afecciones, como meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal en humanos, transmitida por la lombriz Angiostrongylus cantonensis, que parasita los pulmones de las ratas.Los caracoles gigantes africanos están activos entre los 9 y los 45 °C, cuando se superan esas temperaturas, entran en un estado de hibernación.El hallazgo del caracol gigante africano ocurrió en una residencia ubicada en el kilómetro 16 de la vía que conecta Managua y Masaya.[6]​ En Argentina, el caracol gigante africano se introdujo por transporte humano a través de Brasil por uso alimenticio.Los últimos registros del sistema nacional de información sobre especies exóticas invasoras, indican que esta especie se encuentra en Corrientes y en Puerto Iguazú, pero también se puede encontrar en la selva paranaense.[15]​ En los Estados Unidos, el caracol gigante africano fue observado en Florida en 2011,[cita requerida] y más tarde en 2021-22.
Lissachatina fulica reposando en una hoja de Mangifera