Después de la guerra, Legge fundó la Philharmonia Orchestra y trabajó para EMI como productor.
[2] Legge entró a trabajar en el sello discográfico británico HMV (His Master's Voice, La Voz de su Amo en español) en 1927, donde redactó álbumes y notas analíticas y ejemplares para la minoritaria revista mensual de la compañía, The Voice.
[3] En los años anteriores a la guerra mundial, Legge fue pionero en las grabaciones por 'suscripción', mediante las que se invitaba al público a pagar por adelantado las copias de futuras grabaciones, lo que hacía económicamente posible que EMI hiciera grabaciones tanto clásicas 'de nicho', canciones de Hugo Wolf[4] o las obras completas para piano de Beethoven (interpretadas por Artur Schnabel).
Con la carta blanca de Beecham, contrató a Richard Tauber, Jussi Björling, Maria Reining, Hilde Konetzni, Julius Patzak y Helge Roswänge en sus debuts en Covent Garden.
[7] Durante la Segunda Guerra Mundial, la mala visión de Legge le impidió servir en las fuerzas armadas.
Otros músicos eminentes de la época a quienes Legge persuadió para dirigir la Philharmonia fueron Wilhelm Furtwängler, Arturo Toscanini y Richard Strauss.
Sus memorias, editadas por Elisabeth Schwarzkopf y publicadas en 1982, exponen su desencanto con EMI y sus cada vez más poderosos comités internos: Cuando se jubiló, Legge, junto con Schwarzkopf, dio clases magistrales conjuntas para cantantes jóvenes, pero ya no pudo encontrar un trabajo permanente.
Legge predijo a John Culshaw y a Georg Solti que su grabación en Decca de Das Rheingold no se vendería y sin embargo, se convirtió en un éxito de ventas clásico.
[18] Estaba receloso de las grabaciones en estéreo y se resistió todo el tiempo que pudo.
[1] Sus grabaciones de El sueño de Gerontius (Sargent), Tristan und Isolde (Furtwängler), Tosca (De Sabata), Der Rosenkavalier y Falstaff (Karajan), Così fan tutte (Böhm) y el núcleo del repertorio sinfónico alemán (Klemperer, Furtwängler, Karajan …) han permanecido en el catálogo durante décadas, primero en LP y luego en CD.