Su casa natal es ahora la sede del Centro de Estudios Europeos Robert Schuman.
[10] Su madre era luxemburguesa, por lo que es en este país donde realizó la mayor parte de su formación escolar.
Su padre, oriundo de Mosela, sirvió en el ejército francés durante la guerra franco-prusiana (1870-1871), tras la cual adoptó la nacionalidad alemana, después de que Alsacia-Lorena fuese anexionada por el Imperio alemán.
[7] La educación familiar de Schuman estuvo enmarcada en la práctica del catolicismo que profesaban sus progenitores.
Gracias a la herencia dejada por sus padres, Schuman no tuvo dificultades económicas durante toda su vida.
Sin embargo, su carácter reservado y su juventud hicieron que su paso por la organización no tuviera importancia significativa.
Pero al estallar la Primera Guerra Mundial, el reclutamiento se intensificó, por lo que fue empleado en la administración alemana debido a sus competencias jurídicas.
Incorporado en el servicio auxiliar,[15] fue radicado en Metz en una unidad de no combatientes.
Hasta ese momento Schuman, quien nunca se casó y vivió siempre de manera austera,[7] tenía una cultura esencialmente alemana.
Una vez terminada la guerra, Schuman se inscribió como abogado en Metz, estatuto que conservó durante toda su vida.
[18] En París, Schuman disfrutaba en ese momento de una relativa notoriedad en los círculos católicos.
Inicialmente estuvo inscrito en el partido Union Républicaine Lorraine, asociado al Bloc National (Poincaré), y después, en 1931, al Parti Démocrate Populaire, uno de los ancestros del Movimiento Republicano Popular.
Schuman fue desde el principio adversario del Frente Popular (1936-1938), aunque personalmente apreciaba a Léon Blum.
Asimismo, durante varios años alquiló un apartamento en el 6.º piso sin ascensor en la rue du Bac de París.
Permaneció oculto en diferentes monasterios hasta que las fuerzas de ocupación fueron expulsadas.
Tres semanas después, el ministro de Guerra, André Diethelm, exigió que Schuman fuera arrestado.
Se proclamó su inocencia en el mes de septiembre siguiente, lo que le permitió retomar su lugar en la vida política del país.
[23] Durante su mandato nuevamente fue acusado de haber sido un oficial alemán, esta vez por el comunista Jacques Duclos.
[24] Su bilingüismo le fue útil en las relaciones con Alemania, donde pronunció conferencias en el idioma local.
La opinión francesa vacilaba entre varias posibilidades con respecto al futuro inmediato de la Alemania derrotada.
[17] Ello no impidió que pronunciase uno de los discursos más trascendentales en la historia europea.
[24] En ese período presidió en conjunto la CEE-CECA-CEEA donde los miembros eran designados por sus estados de origen.
[32][33] Entre 1955 y 1956, Schuman ocupó la cartera de Justicia que fue su último cargo ministerial.
Durante su caminata cotidiana, sufrió mareos y cayó al suelo sin perder totalmente el conocimiento.
Solamente un representante del Estado francés, el vicepresidente de la Asamblea nacional, asistió a la ceremonia.
Schuman supo ganarse la confianza de los líderes belgas, británicos y estadounidenses; construyó una relación positiva con los dirigentes de la Democracia Cristiana italiana y cuidó sus vínculos con los líderes luxemburgueses.
[38] La Declaración Schuman exponía que la reconciliación franco-alemana representaría el preludio de la integración europea.
[41] En este sentido, la orientación que Schuman dio a la integración europea se mantiene vigente.
Los documentos fueron enviados al Vaticano, donde la Congregación para las Causas de los Santos estudia el expediente.