El emperador Agustín de Iturbide premió sus acciones ascendiéndolo a capitán.
Comandó en 1836 una de las columnas en el asalto al Álamo, y lucharon en la acción en Llano Perdido.
Salas cubrió el retiro de las tropas mexicanas a Matamoros, Tamaulipas.
Durante su administración, Mariano se empeñó, sin éxito, en obtener recursos de guerra.
Con una guerra peleándose en el norte del país, todas sus políticas no fueron escuchadas.