Fue conquistada en el año de 1450 por los sucesores del irecha Tariácuri: Hirepan, Tangáxoan e Hiquíngare.
En 1450 Tzitzispandáquare y Zuangua sometieron a los moradores del poblado al señorío Purépecha, imponiéndole el nombre de «Huanimban».
En la segunda mitad del siglo XVIII, ya en el régimen de intendencias, se convirtió en subdelegación.
Para 1822 Jiquilpan contaba con curato secular y ayuntamiento constitucional y de acuerdo con la división territorial que hizo el Congreso, quedó comprendido dentro del departamento de Zamora.
En el claustro hoy se encuentran las oficinas y la casa parroquial.
Su existencia la debemos al general Cárdenas pues fue él quien decretó su creación y conservación.
El Museo cuenta con tres cuartos amueblados donde se presentan pinturas de sus familiares o paisajes de Jiquilpan y sus alrededores, tapices, esculturas y varias fotografías.
Roberto Cueva del Río pintó en 1940 los murales que muestran el aspecto constructivo de la Revolución mexicana.
Jiquilpan también cuenta con el sitio arqueológico denominado «Otero», cuyos vestigios hacen evidente la relevancia que tuvo esta zona de nuestra nación en los tiempos prehispánicos.
Se sabe que Jiquilpan por aquel entonces estaba considerado como un centro agrícola y cultural de enorme importancia.