El príncipe acató las órdenes y decidió, en primera instancia, regresar a Europa.
Pero en enero de 1822 declaró públicamente que permanecería en Brasil y no cumplía con lo exigido, hecho conocido como "dia do Fico" (día de la permanencia).
Jorge de Avilez renunció al gobierno y, temiendo un ataque de las tropas brasileñas, se retiró a Praia Grande, en Niterói, que fortificó, si bien luego fue expulsado por el Príncipe Regente.
La División portuguesa se embarcó en febrero, llegando a Lisboa en mayo de 1822.
En 1823, las Cortes lo nombraron comandante en jefe del ejército portugués, para contrarrestar los movimientos del príncipe Miguel (Miguel I de Portugal) aunque no pudo evitar el golpe de Estado conocido como la Vilafrancada, que puso fin al primer período liberal, restableciendo el régimen absolutista.
Con el regreso del Príncipe Miguel, pidió permiso para ir a Portalegre, pero fue arrestado nuevamente en junio de 1828 y enviado al fuerte de São Julião da Barra.
Con la reorganización del Ejército se le otorgó el mando de la 1.ª División Militar, siendo luego trasladado a la 7.ª, por motivos políticos.