GoldenEye

El nombre "GoldenEye" rinde homenaje al creador de James Bond, Ian Fleming.

Fleming utilizó el nombre de su operación para así llamar a su finca en Oracabessa, Jamaica.

En 1986, los agentes del MI6 Alec Trevelyan (006) (Sean Bean) y James Bond (007) (Pierce Brosnan), se infiltran en una fábrica soviética de armas químicas en Arcángel para destruirla con explosivos, pero Trevelyan es capturado y disparado por el coronel Ourumov (Gottfried John).

Bond reduce la cuenta atrás de los detonadores para acelerar la explosión y huye en un avión mientras la fábrica es destruida.

Nueve años después, en Montecarlo, Bond sigue a Xenia Onatopp (Famke Janssen), miembro del sindicato criminal Janus, que tiene una sospechosa relación con un almirante de la Marina Real Canadiense.

Poco después, Onatopp sorprende a Bond en su hotel y trata de matarle, pero él logra vencerla y le ordena que le lleve hasta Janus, quien resulta ser Alec Trevelyan, que fingió su muerte en Arcángel pero su rostro quedó parcialmente desfigurado por la explosión.

Bond despierta atado junto a Natalya en el interior del helicóptero, que ha sido programado para disparar dos misiles contra sí mismo y autodestruirse.

Los dos logran escapar del tren justo antes de que explote y deciden trabajar juntos.

Natalya reprograma el satélite para que inicie la reentrada atmosférica y se autodestruya estrellándose en medio del mar.

Bond sabotea la antena, impidiendo que Boris consiga recuperar el control del satélite.

No, y al director John Glen, quien había dirigido las cinco últimas entregas.

[4]​ Asimismo, su hijastro, Michael G. Wilson, contribuyó con un guion, mientras que Alfonse Ruggiero Jr., coproductor de Wiseguy, fue contratado para reescribirlo.

[8]​ Las demandas se establecieron hasta 1992, mientras que el contrato original de Dalton había expirado en 1990.

Barbara y Wilson tomaron su lugar en la producción, mientras que Albert la supervisó como un productor consultivo, aunque reconocido como «presentador».

La música corrió a cargo de Éric Serra, compositor habitual del director Luc Besson.

Algunos críticos consideraron la película como una modernización de la serie y sintieron que Brosnan fue una clara mejora respecto a su predecesor.