Cálculos más recientes mostraron que si la ojiva de la prueba Starfish Prime se hubiera detonado en el norte continental de los Estados Unidos, la magnitud del PEM habría sido mucho mayor (22 000 a 30 000 voltios / metro) debido a la mayor fuerza del campo magnético en el continente, así como la orientación del campo magnético terrestre en las altas latitudes.
Estos nuevos cálculos, junto con la cada vez más común dependencia de la microelectrónica, hace pensar que un PEM podría ser algo muy grave.
Se hicieron los ensayos nucleares en el espacio de Kazajistán denominando al operativo "Proyecto K".
A pesar de que estas armas eran mucho más pequeñas (300 kilotones) que la de la prueba "Starfish Prime", como las pruebas se realizaron sobre una gran población (y también en un lugar donde el campo magnético terrestre es mayor), los daños causados por el PEM resultante fueron mucho mayores que en la prueba estadounidense.
La United States EMP Commission fue autorizada por el Congreso de los Estados Unidos en el año fiscal de 2001 y reautorizada en el año 2006 para investigar la amenaza que supone el pulso electromagnético.
[10] Este informe describe detalladamente las consecuencias que tendría un ataque por pulso electromagnético sobre las infraestructuras civiles.
Muchos analistas extranjeros; en particular en Irán, Corea del Norte, China y Rusia; ven a Estados Unidos como un agresor potencial aunque dudan si estaría dispuesto a utilizar su capacidad armamentística, incluidas armas nucleares, debido a que un impulso electromagnético simplemente las desconectaría en un primer ataque.