José Raúl Capablanca

Acto seguido, Capablanca disputó una partida de ajedrez con su padre y lo venció.Sin embargo, permanentemente distraído por su pasión en el juego, solo cursó los dos primeros años.Lasker estrechó la mano de su vencedor diciéndole: «Es notable joven, usted no ha cometido errores».En su primer encuentro internacional, se enfrentó al maestro estadounidense Eugene Delmar, a quien ganó todas las partidas, a pesar de haberle otorgado ventaja de peón y salida.En 1909, a la edad de 20 años, Capablanca ganó un encuentro al campeón estadounidense Frank Marshall (+8 -1 =14).Capablanca efectivamente terminó ganando el campeonato (nuevamente frente a Nimzowitsch), usando una apertura muy admirada por Mijaíl Botvínnik,[4]​ y asombrando el mundo del ajedrez al ganar con balance de +6 -1 =7, por delante de Akiba Rubinstein, Carl Schlechter y Siegbert Tarrasch.[8]​ En Moscú venció a Bernstein en una partida que aparece en muchas antologías como una joya por la jugada ganadora 29... Db2!En 1921 jugaron el campeonato en La Habana donde Capablanca venció al alemán sin perder una sola partida: +4 -0 =10.No sería sino hasta ocho décadas más tarde cuando esto se repetiría, cuando en 2000 Vladímir Krámnik le ganó a Garri Kaspárov +2 -0 =13.En este torneo, algunos de los mejores jugadores de la época (Alexander Alekhine, Efim Bogoljubov, Géza Maróczy, Richard Réti, Akiba Rubinstein, Tartakower y Milan Vidmar) se reunieron para discutir reglas para los campeonatos mundiales por venir.En los años siguientes, Rubinstein y Nimzowitsch desafiaron a Capablanca pero no lograron reunir el dinero.Pero en 1927 dominó el torneo en Nueva York contra seis jugadores sin perder una partida y con 2,5 puntos más que Alekhine.La proximidad del partido llevó a una serie de pronósticos sobre su resultado: El gran maestro austríaco Rudolf Spielmann sentenció: "Alekhine no va a ganar ninguna partida"; según Vidmar: "Alekhine no tiene ni la sombra de una posibilidad"; Bogoljubov coincidió: "El resultado final va a ser 6 x 3 a favor de Capablanca"; Nimzowitch y Maroczy se pronunciaron también en favor de la victoria del cubano.Alekhine no aceptó jugar la revancha, contraviniendo una de las condiciones del enfrentamiento.En cambio, Alekhine jugó dos campeonatos mundiales contra Efim Bogoljubov, que era un buen ajedrecista, pero no una amenaza para él en un juego extenso.Capablanca ganó varios torneos fuertes después de haber perdido el título mundial, y tenía la esperanza de que tarde o temprano sus resultados obligarían a Alekhine a jugar una revancha por el campeonato del mundo, lo que no sucedió.En comparación, las pocas veces que se enfrentó en esta variante con el cubano, este lo machacó "sin misericordia".[27]​ Teniendo una posición inferior, logró atrapar al ruso en una trampa tan elaborada que ninguno de los otros jugadores (excepto Lasker) se dio cuenta de dónde el perdedor había cometido el error.Alekhine dejó de beber, se preparó bien y volvió a ganar fácilmente el primer puesto.Después de esto no hubo mucha esperanza de que Capablanca volviera a disputar el título, Alekhine no jugó más partidas por el campeonato del mundo y murió en 1946.De pronto, sorprendiendo a los que le rodeaban, se puso en pie exclamando: "Ayúdenme a quitar el abrigo...", desplomándose luego en brazos de los ajedrecistas que se le acercaron.José Capablanca recibió sepultura en la Necrópolis de Cristóbal Colón, en La Habana, con grandes honores.En toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en partidas oficiales.Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en las partidas de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov.La crítica más común a su figura se centra en su tradicional pereza: al frente del tablero, si no podía conseguir algo por medios sencillos entonces ni siquiera lo intentaba.En cierto momento Capablanca fue criticado —principalmente en Gran Bretaña— por la supuestamente vanidosa descripción de sus propios logros en su primer libro, Mi carrera en el ajedrez.Por otro lado J. du Mont, en su prólogo al libro de Golombek Los 100 mejores juegos de Capablanca, atestigua que el cubano —a quien conocía bien— no era en absoluto una persona vanidosa; en cambio aconsejaba a los críticos que aprendieran la diferencia entre la mente simplemente dotada y el genio elevado de un Capablanca, y el contraste entre la tendencia británica hacia la falsa modestia con la costumbre hispanoamericana de decir "jugué este juego tan bien como podría ser jugado" cuando honestamente se cree estar en lo correcto.Su idea se basaba en que el mayor número de piezas y las dimensiones extendidas del tablero permitirían al jugador más efectivo expresar claramente su superioridad, debido a la complejidad y los grados de libertad adicionales.[30]​ Capablanca jugó 583 partidas oficiales, ganando 302, entablando 246 y perdiendo 35, el 6% del total.
Capablanca con su padre José María Capablanca en 1892.
Capablanca en Berlín dando una gran presentación simultánea de 30 tableros.
Capablanca (izquierda) y Lasker (derecha) en Moscú en 1925.
De izquierda a derecha: Alexander Alekhine , el árbitro Dr. Carlos Augusto Querencio y José Raúl Capablanca durante el Campeonato Mundial de Ajedrez de 1927 en Buenos Aires .
La tumba de José Raúl Capablanca en la Necrópolis de Cristóbal Colón , en La Habana.