Ayaan Hirsi Ali

[4]​ En 2003 se postuló para diputada al parlamento neerlandés, como candidata del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (liberal-conservador).

A pesar de que su padre, que estudió en Italia y en Estados Unidos, se oponía a la ablación, su abuela le practicó la extirpación del clítoris cuando ella tenía cinco años mientras su padre se encontraba en el extranjero.

Para evitar ser localizada al inscribirse, dio otro nombre y otra fecha de nacimiento.

Después continuó estudiando Ciencias Políticas en la Universidad de Leiden hasta el año 2000.

Gracias a esos trabajos consiguió conocer el funcionamiento del sistema de inmigración neerlandés.

Hirsi Ali habla seis idiomas: inglés, somalí, árabe, suajili, amhárico y neerlandés.

Durante este periodo inició su crítica a la cultura islámica, que plasmó en el libro De Zoontjesfabriek.

Hizo una aparición en televisión —que causó sensación por su elocuencia y firmeza—, en la que calificó el islam de «retrógrado».

Tras algunos desacuerdos con el PvdA, particularmente por las políticas de inmigración que defendía su partido, basadas en la idea del multiculturalismo, en noviembre de 2002 Ayaan Hirsi Ali abandonó el partido socialdemócrata neerlandés.

El terrorista neonazi Anders Breivik expresó en su manifiesto su admiración por Ayaan Hirsi Ali.

Era considerada una de las figuras más importantes del nuevo ateísmo, siendo comparada con Richard Dawkins, Bertrand Russell y Sam Harris.

[3]​[17]​[18]​ Veinte años después, en su artículo "Why I am now a Christian" (Por qué ahora soy cristiana), publicado en UnHerd el 11 de noviembre de 2023, Ayaan Irsi explica qué le ha llevado a ser cristiana.

En enero de 2003 afirmó al periódico neerlandés Trouw: «Según los criterios occidentales, Mahoma era un pervertido».

Hirsi Ali es muy crítica con la posición de la mujer en el islam, con las prácticas de mutilación sexual que se llevan a cabo en diversos países africanos y con los castigos que se imponen a las personas homosexuales y adúlteras en los países que se rigen por la sharia (ley islámica).

Sumisión, que aborda el tema de violencia contra las mujeres en las sociedades islámicas, se emitió por televisión y provocó gran indignación entre los musulmanes neerlandeses, que la tacharon de «blasfema».

La película muestra a cuatro mujeres maltratadas y semidesnudas cuyos cuerpos han sido caligrafiados con textos denigrantes contra la mujer, extraídos del Corán.

Hirsi Alí, que sí dio crédito a las amenazas, se escondió y salvó su vida.