Los académicos musulmanes tienden a limitar el término hadiz a las narraciones sobre el profeta Mahoma, mientras que muchos académicos occidentales lo usan en sentido más amplio incluyendo las tradiciones de los Compañeros del Profeta e incluso generaciones posteriores.[3] El término hadiz designa toda narración o relato referido al profeta Mahoma, directa e indirectamente, sobre lo que este dijo (recomendando, ordenando, prohibiendo), enseñó o simplemente se vio que solía hacer, aunque no lo recomendara específicamente a sus seguidores.A diferencia del plano jurídico, este tipo de costumbres son completamente voluntarias.Asimismo, los hadices eran poderosos instrumentos en la gestión política, y pronto se vio la necesidad de evitar su continua manipulación.En cualquier caso, según el arabista Joan Vernet, "la transmisión oral de los hadices en el islam primitivo no fue siempre tan fiel como cabría desear y, por ello, se encuentran versiones contradictorias de un mismo hecho".Estas escuelas presentan, en alguna ocasión, diferencias de opinión en relación con la autenticidad del hadiz.Dicen que son contrapuestos a este pronunciamiento varias aleyas o versos del Sagrado Corán confirmando lo contrario: Pero la mayoría de los eruditos islámicos no encuentran contradicción alguna entre este relato y los versículos coránicos, ya que en esas aleyas se menciona que a David se le concedió el conocimiento y Salomón lo heredó, así como Zacarías heredó la profecía a su descendencia.Al-A'zami cataloga cuatro modos para verificar un hadiz:[9] Los autores que siguen esta metodología, según Al-A'zami, son dignos de confianza, ya que, por razonamiento lógico, no puede producirse un mismo error desde fuentes tan diversas y sin tener conexión histórica.[11] Otros, como el célebre arabista francés Louis Massignon, van más lejos en su crítica y opinan que no solo el relato (matn) es dudoso, sino también la cadena de autoridades en la que se sustenta.[13] Hoy en día, existen escuelas, como el Cambridge Islamic College, que enseñan el estudio del hadiz tal como se ha hecho en gran parte de la Historia, siguiendo unos procedimientos rigurosos de análisis histórico y filológico.Pero más allá de la discusión sobre quién dijo qué y a quién se lo transmitió, lo que se ha puesto esencialmente en cuestión es la legitimidad de las autoridades posteriores a Mahoma para adaptar y reconfigurar en base al hadiz lo que dice (o no dice) originalmente el Corán, de lo cual puede derivar en ley (sharía).Hay musulmanes críticos con la tradición de los hadices que recurren al Corán, la primera fuente en importancia del Islam, para desacreditarlos.La idolatría no solo abarca las estatuas, sino también los astros o el propio ego.De hecho, para los musulmanes, el Corán fue revelado justamente para guiar a la sociedad actual.En estos debates, se aducen otras fuentes de legislación islámica, como la Sunnah (los hadices), la analogía o el consenso.Así, la Sharía garantiza sistemas comerciales no musulmanes autónomos (de ahí la legalidad del cerdo y el alcohol en países islámicos) y sistemas judiciales propios al margen de la Sharía.En relación con los musulmanes, la Sharía estipula que las leyes deben adaptarse al contexto de cada cultura.Un hadiz transmitido por al-Bujari y narrado por Aisha, esposa del Profeta, dice que su mujer le compró un almohadón estampado con dibujos para que descansara y Mahoma, cuando lo vio, no quiso entrar en su casa: "El Mensajero de Alá dijo: 'Los pintores [y propietarios] de esas imágenes serán castigados el Día de la Resurrección.Pero algunos hadices parecen defender esta práctica primitiva para castigar a los pecadores (musulmanes o no).La otra explicación es que se trate de hadices categorizados como "probables" y, por tanto, su fiabilidad histórica no sea completa.En cualquier caso, para la mayoría de escuelas jurídicas islámicas actuales, la Sharía prohíbe la lapidación.Pero muchos países del mundo islámico manipulan el concepto de Sharía para sus intereses sociales y económicos, del mismo modo que el concepto de "democracia" no tiene la misma aplicación en todos los países que dicen aplicar esa democracia.Por otra parte, es cierto que las prácticas de bastantes musulmanes incluyen prácticas de lapidación y otras costumbres, pero en realidad estas costumbres no están acordes a la Sharía y al Fiqh (derecho islámico interpretativo).Es así como se encuentran capítulos sobre la oración, el matrimonio, las transacciones comerciales, la exégesis coránica, las maghazi (campañas militares) del Profeta, etc., en las que las tradiciones sobre los diferentes temas son combinadas.[3] En este caso, los contenidos se ordenan alfabéticamente de acuerdo con el nombre del comunicador original.Durante los primeros siglos del Califato, los legisladores, las facciones enfrentadas por el poder y otros se vieron inmersos en una frenética búsqueda de hechos de Mahoma que sirvieran a sus respectivos intereses o respondieran a sus necesidades o dudas.Del caos existente, los estudiosos intentaron depurar y unificar en códices las diversas costumbres conocidas.Los chiíes suelen considerar más fiables aquellos hadices recogidos por los familiares de Mahoma y sus seguidores.Por eso sus hadices no son fiables desde la perspectiva chiita, que también considera poco fidedignas las narraciones de Aisha, esposa del Profeta.[32] El objetivo de esta revisión es, según el director del proyecto Mehmet Ozafsar, explicar los pasajes sexistas y los castigos violentos recogidos en los hadices como "algo histórico"[33] que no puede regir las sociedades islámicas del siglo XXI.