Al-Kindi

Al-Kindi trabajó en filosofía, política, astrología, astronomía, cosmología, química, lógica, matemática, música, medicina, física, psicología y meteorología.[3]​ A su cultura filosófica se unía un profundo conocimiento de las matemáticas, la medicina, la geometría y otras disciplinas científicas.Pero en cambio uno de sus escritos ha llegado a tener una importancia especial por tratar un tema que tuvo mucha repercusión en Europa: el problema del entendimiento.Los filósofos posteriores, en particular al-Farabi y Avicena, discreparían fuertemente con él sobre esta cuestión, al afirmar que la metafísica se ocupa en realidad del ser en cuanto ser, y como tal, la naturaleza de Dios es puramente incidental.Por ejemplo, dice que aunque un cuerpo es uno, también está compuesto de muchas partes diferentes.[9]​[10]​ Además de la unicidad absoluta, al-Kindi también describió a Dios como el Creador.La idea clave aquí es que Dios "actúa" a través de intermediarios creados, que a su vez "actúan" unos sobre otros -mediante una cadena de causa y efecto- para producir el resultado deseado.En realidad, estos agentes intermediarios no "actúan" en absoluto, sino que son un mero conducto para la propia acción de Dios.También extiende otra idea aristotélica, la imposibilidad de un infinito real, a la eternidad del universo.[11]​ En este libro Al-Kindi pretende tratar el tema del entendimiento «secundum sententiam Platonis et Aristotelis».[13]​ De igual forma, su teoría sobre el alma manifiesta la influencia directa del neoplatonismo, pues Al-Kindi la concibe como una sustancia indivisible y espiritual que, sin embargo, mora en el cuerpo que la limita y, debido a ello, en este mundo no está en su estado puro.
Liber novem iudicum in iudiciis astrorum , 1509