Nizaríes

Los nizaríes, cuyos detractores denominan hashshashin (en persa: حشیشیان‎ en árabe: حشّاشين‎, romanizado: Ḥashshāshīn)[1]​ assassins o asesinos (deriv.

Se hizo famosa a partir del siglo XI cuando tuvo su máximo poder en la dinastía Fatimí, por su actividad estratégica de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos, militares y reyes.

En el año 1090, para ponerse a salvo de las persecuciones, y dirigidos por el carismático Hasan-i Sabbah, tomaron la fortaleza de Alamut, una posición inexpugnable en las montañas, al sur del mar Caspio.

Estos emprendieron varias acciones militares contra los ismailíes, que no tuvieron gran éxito.

En revancha, los ismailíes emprendieron su estrategia de asesinatos contra dirigentes políticos o militares.

Una de sus primeras víctimas fue Nizam al-Mulk, visir del sultán selyúcida Malik Shah, en 1092.

Hasan es fácilmente representable como el arquetipo de personaje astuto, escurridizo, poderoso y muy poco conformista.

A Hasan le sucedió su lugarteniente, Buzurg Ummid («Gran esperanza»), y tras él su hijo, Muhammad I, en 1138.

El poder nizarí desapareció al tener que enfrentarse a dos enemigos muy poderosos.

De un lado, la dinastía de los mamelucos, que había sucedido en Egipto al Sultanato Ayubí, y cuyos ejércitos, dirigidos por el sultán Baibars, tomaron el último baluarte nizarí en Siria en 1273.

Hoy en día, el heredero de los imanes nizaríes, y jefe del ismailismo, es Shah Karim al-Hussayni, conocido como Aga Khan IV.

Bandera nizarí
La fortaleza hashshashiín de Alamut .
Pintura del siglo XIV sobre el asesinato de Nizam al-Mulk por un asesino.
El Viejo de la Montaña en una representación cristiana medieval.