Hasta el siglo XX, la fe estaba estrictamente limitada a los kurdos nacidos de familia yaresaní, llamados chekidé («goteados», en persa چکیده) por oposición a los adherentes por vía matrimonial o chasbidé («pegados», en persa چسبیده).
Mokrí identifica el yaresanismo con el hondo sentimiento religioso y los principios transmitidos por el primer imam del chiismo, Alí ben Abi Taleb, a Salmán el Persa.
El investigador Seddiq Safizade apunta que, mientras el Kalam-e Saranyam afirma que el yaresanismo existe desde los albores de la Eternidad, de los indicios documentales se infiere que los inicios se remontan al círculo del chií coetáneo del califa Harún al-Rashid «Bohlul el Sabio Loco» de Kufa, que habría combinado las doctrinas zoroastrianas y maniqueas iranias con elementos islámicos, cristianos y judíos, además ideas del «extremismo» golat chií[cita requerida].
La opinión del propio Safizadé es que el yaresanismo constituye un modo de resistencia frente a la expansión árabe.
[10] El iranólogo ruso Vladimir Minorski juzga también que el yaresanismo es una derivación extremista del chiismo duodecimano pero que ha terminado desgajándose de este, al eclipsar por completo la figura de Sultán Sahak a la del imam Alí.
[7] Otros investigadores consideran que el yaresanismo constituye a título propio una de las religiones kurdas angélicas, junto al yazidismo y el alevismo –en opinión de Mehrdad Michael Izady anteriores al islam.
También hay yarsaníes en las zonas colindantes del Kurdistán iraquí, alrededor de Kirkuk y Solimania, así como dispersos hacia el norte en el Azerbaiyán iraní en torno al lago Urmía y tan lejos como Makú.
[14] Cada una es encabezada por un patriarca llamado seyed o pir, único en disponer de total acceso a los textos religiosos.
[5] El renovador Nematolá Mokrí Yeihunabadí, conocido como Hach Nematolá, compuso en persa a principios del siglo XX sus obras mayores: el extenso poema didáctico Shahname-ye Haqiqat, que resume la doctrina yaresaní, y la obra en prosa Forqân al-ajbâr, considerado por la Encyclopaedia Britannica como «la fuente principal de información sobre los Ahl-e Haqq».
[7] Cada manifestación de la Divinidad se presenta acompañada por cuatro ángeles auxiliares (yârân-e châr malak) que son emanaciones suyas y una quinta figura angélica femenina (Râzbar o Ramzbar) que vela por el cumplimiento de las prácticas religiosas.
Cada alma pasa por un ciclo de 1.001 encarnaciones, a lo largo del cual son retribuidas por sus actos, aunque los «oscuros» jamás «verán el Sol».