[4] Al mismo tiempo, el dhikr abarca un significado más amplio en las fuentes islámicas.
El dhikr no debe confundirse con el Salāt, la oración ritual que debe realizarse cinco veces al día y que está asociada a movimientos corporales prescritos.
En una dimensión superior, el dhikr es conocido como una meditación y repetición persistente hasta la total comprensión del absoluto.
«Cualquiera que dé la espalda al Dhikr del Rahman tendrá un demonio (Jinn) por compañero.
El diablo los aparta del buen camino, aunque ellos puedan pensar que están en la ruta correcta» (43:36-37).
«Satán se ha convertido en su maestro y les ha hecho olvidar el Dhikr de Alá.
[8] Para los sufíes, el dhikr es una forma de obtener iluminación espiritual y lograr la unión (visal) o la aniquilación (fana) en Dios.
En la tariqa Naqshbandiyya se ha debatido con frecuencia la cuestión del dhikr en voz alta y en silencio.
Sin embargo, la mayoría de los naqshbandíes se adherían al dhikr silencioso.
Podría sentir un dolor intenso, e incluso existiría el peligro de que muriera.
El pensamiento de Dios ya no abandona al místico, sino que zumba constantemente en su interior.
Las formas individuales y comunitarias de dhikr han coexistido desde los primeros tiempos del sufismo.
En el dhikr en voz alta, se repite varias veces un determinado nombre de Dios.
El dhikr más sencillo, que siempre ha sido central, es la repetición del nombre de Dios Alá.
Con todo, las técnicas especiales de respiración y las disposiciones circulares, que probablemente no surgieron hasta el siglo XIII, están influenciadas por tradiciones iranias e indias, según varios investigadores del sufismo.
En la Qādirīyya, los creyentes no se toman de las manos, sino que las cruzan una frente a la otra y caminan al frente hasta que los hombros y los pies se toquen.
[22] Hay varias frases que se suelen leer cuando recordando a Allah.