[2] Sama significa «oír», y por extensión, denota a menudo «aquello que es oído», por ejemplo, canciones, melodías o música.
El término sama proviene de la raíz-verbo que significa aceptación por la tradición, de la cual se derivan las palabras سَمْع (sam' un ) y اِسْتِمَاع ('istimā' un, escuchar), que a menudo aparecen junto con نَقْل (naql un) y تَقْلِيد (taqlīd un, tradición).
Con esto habría nacido la práctica del sama, así como los derviches de la orden mevleví.
Los Derviches Giradores de la orden mevleví son probablemente los practicantes del Sama más conocidos.
Los practicantes mevlevís del sema son adultos iniciados en la orden, que históricamente solo incluía varones.
En Egipto, la forma mevleví del sama es llamada tannoura y también ha sido adoptada (con algunas modificaciones) por otras órdenes sufíes.
Volviéndose hacia la verdad, los fieles crecen a través del amor, abandonan su ego, encuentran la verdad y alcanzan la perfección.
[6] La ceremonia incluye a menudo el canto de himnos, llamados qawl o bayt.
Cualquier poesía, incluso la erótica, puede aplicarse a Dios y, por lo tanto, ser usada para esta ceremonia.
La zona del interior de la semahane en la que solo entran los derviches se llama «plaza» (en turco: meydan).
Los que son nuevos en el mevlevismo se sientan en puestos de color negro.
Cuando los derviches adquiere conocimientos y progresan, tienen derecho a sentarse en puestos de color blanco.
Los derviches giradores se mueven primero lentamente y dan tres vueltas a la pista de baile.
Después de la tercera ronda, el maestro ocupa su lugar en su espacio y los danzantes esperan.
Este doble simbolismo cósmico es el verdadero significado del Sema: toda la creación gira en torno a un centro.
[8][9] La danza es, pues, como una oración, un ir más allá de uno mismo hacia la unión suprema con Dios.
[12] Corporalmente, este estado puede incluir varios e inesperados movimientos, agitación y todo tipo de danzas.
En últimas, se espera alcanzar el desvelamiento de misterios y obtener conocimiento espiritual por medio del wajd.
Es esencial que la experiencia similar a un trance del wajd sea genuina y no fingida por ninguna razón.
Comparan las sensaciones físicas experimentadas por una persona en el estado de wajd con las que ocurren durante la embriaguez y, por lo tanto, no la aprueban.
[11] A raíz de las diferencias culturales entre grupos musulmanes, algunos aprueban la participación en ceremonias con música mientras que otros la consideran cuestionable.