Su recitación se considera uno de los cinco pilares del islam, según la concepción suní.
Cuando se pronuncia sinceramente, en voz alta y ante los dos testigos requeridos por la tradición, quien la ha manifestado puede considerarse como musulmán.
Esta es, quizá, la traducción más habitual, aunque es poco rigurosa (véase el artículo Alá, al respecto).
Su pronunciación ante testigos, tras una ablución, constituye todo el ritual necesario para convertirse al islam.
[3] La bandera de Afganistán bajo el control del Talibán es blanca con la shahada, que está escrito en negro.