Es solo después de las reformas religiosas Zaratustra (o Zoroastro) que el término daeva se empezó a asociar con los demonios.
Incluso en ese entonces los persas que vivían al sur del mar Caspio continuaron adorando a los daeva y resistieron las presiones para aceptar el Zoroastrismo, y las leyendas que involucraban a los daeva sobreviven hasta nuestros días.
No importa cuantas veces fuesen decapitadas, crecían nuevas cabezas para protegerlo.
Pari (Avestán: Pairika), considerada una mujer hermosa pero maligna en la antigua mitología, gradualmente se hizo menos mala y más hermosa con el tiempo, hasta que en el período islámico se convirtió en un símbolo de la belleza similar a las huríes en el paraíso.
Sin embargo, otra mujer malvada, Patiareh, ahora simboliza a las prostitutas.