En los años siguientes, Röntgen publicó unos estudios «sobre un nuevo tipo de rayos»,[4] que fueron traducidos al inglés, francés, italiano y ruso.
De la misma forma que Pierre Curie haría varios años más tarde, rechazó registrar cualquier patente relacionada con su descubrimiento por razones éticas.
Sin el título de bachillerato, Röntgen sólo podía asistir a la universidad en los Países Bajos como visitante.
Los rayos X se comienzan a aplicar en todos los campos de la medicina, entre ellos el urológico.
Posteriormente Guyon, McIntyre y Swain utilizaron la radiología para el diagnóstico de la enfermedad litiásica.
Construyó cuidadosamente una cubierta de cartón negro similar a la que había utilizado en el tubo Lenard.
Al pasar la carga de la bobina de Ruhmkorff a través del tubo, determinó que la cubierta era hermética a la luz y se volvió para prepararse para el siguiente paso del experimento.
Fue en ese momento cuando Röntgen notó un débil resplandor procedente de un banco situado a unos metros del tubo.
Para cerciorarse, probó varias descargas más y vio siempre el mismo resplandor.