[1][2] Las 79 personas que viajaban a bordo murieron; entre ellos, el político Carlos Alberto Madrazo y la estrella del tenis mexicano Rafael Osuna.
Fue el accidente aéreo más mortífero en suelo mexicano hasta el vuelo 940 de la misma aerolínea en 1986 que sería la siguiente vez que un Boeing 727-64 se estrellaría sobre suelo mexicano.
[1] El capitán era Guillermo García Ramos, veterano de la Segunda Guerra Mundial, con experiencia en aviación militar y comercial.
La tripulación preguntó si el radiofaro en Ciénega de Flores estaba operando, y recibieron la respuesta de que no estaba operando por una falla en la corriente eléctrica.
Tampoco fue posible determinar qué radiofaro había estado recibiendo la aeronave, ya que el radiofaro del aeropuerto había dejado de funcionar en ese momento por una pérdida de energía eléctrica.
Ya que el reconocido político Carlos Madrazo viajaba a bordo, también hubo teorías relacionadas con un asesinato político, que no pudieron ser confirmadas por las pocas evidencias.