Su función es almacenar datos que, en caso de un accidente, permitan analizar lo ocurrido en los momentos previos y establecer sus causas.Su función es almacenar datos que, en caso de un accidente, permitan analizar lo ocurrido en los momentos previos.Según las normas de aviación internacionales, estos aparatos hoy son obligatorios en todos los vuelos comerciales ya que graban los datos del viaje y son clave en las investigaciones sobre accidentes de avión.Los sensores a bordo lanzaban flashes en el filme fotográfico y así se registraba el historial del vuelo.Si pudiéramos recuperar esos últimos segundos dijo en una entrevista en 1985 citada por The New York Times, se ahorrarían muchas discusiones e incertidumbre.En la actualidad graban digitalmente las dos últimas horas o los últimos treinta minutos (según el modelo) de todas las conversaciones realizadas en la cabina, tanto las realizadas por los pilotos como las de ambiente, que se captan por medio de un micrófono normalmente instalado en el panel superior (overhead) y que registra todos los sonidos que se producen en cabina (conversaciones, avisos sonoros del avión, etc).Ese bloque se cubre con un blindaje grueso de acero para que resista los aplastamientos por impacto.[1] La tecnología de cajas negras auto-expulsables fue utilizada inicialmente en la aviación militar y desde 2015 en algunos aviones comerciales.Todo queda registrado en una cápsula hermética que sobreescribe los datos periódicamente dejando siempre legibles las últimos 12 horas (48 horas según MSC.333(90)) anteriores al corte de energía, los que deben conservarse por un mínimo de 30 días posteriores.Las cápsulas pueden quedar fijas al casco o liberarse mediante zafas hidrostáticas como las radiobalizas de emergencia y las balsas salvavidas.