Ribeiro
Los bordes montañosos aíslan esta comarca de la influencia marítima atlántica, lo que determina su menor pluviosidad.[1][5] La historia del vino Ribeiro se remonta a la implantación del cultivo de la vid de forma intensiva en los primeros siglos del período imperial romano, siglo I d. C. Las plantas de origen mediterráneo introducidas por estos no encontraron en estas zonas las condiciones climáticas necesarias para un óptimo desarrollo, sufriendo a lo largo de la historia múltiples hibridaciones con vides locales, obteniéndose finalmente las actuales variedades autóctonas mejor adaptadas a las condiciones del entorno.Así, en el siglo III, en el Ribeiro ya se dispondría de un complejo varietal relativamente bien ajustado a sus condiciones eco climáticas.Los monasterios fueron los grandes impulsores del viñedo, incentivando su plantación por medio de contratos forales.Lo mismo ocurre con importantes familias aristocráticas, grandes y medianos propietarios, que mostraron interés por adquirir viñedos en El Ribeiro en el siglo XI.Unos siglos más tarde los ingleses se convertirían en los principales clientes para el producto fuera de la península.Desde estos puertos, salía en dirección al Golfo de Vizcaya, llegando a Bretaña, Flandes y, principalmente, Inglaterra.En cuanto al índice Winkler, que diferencia las zonas por la integral térmica eficaz, la D.O.Ribeiro se encuentra en su mayoría en la zona II, ascendiendo en las cotas u orientaciones menos soleadas domina la zona I y en las cotas más bajas e insoladas se acerca a la zona III, lo que nos indica que desde un punto de vista térmico se encuentra en un entorno muy apropiado para la producción de vinos de la más alta calidad.La influencia atlántica es debida a una escasa distancia al océano de 45 km hacia el oeste.Suelos con constantes labores agrícolas y técnicas para la construcción de bancales, lo que a su vez favoreció la aparición de particulares condiciones agroclimáticas, que han influido en sus propiedades y en su evolución.En general los suelos dedicados a la explotación vitícola se caracterizan por ser antrosoles cumúlicos asociados a cambisoles o regosoles dístricos, que se distribuyen por los tramos finales de los taludes y vertientes y los piedemontes que marcan la transición hacia las vegas.Sus elevados contenidos en arena, sobre todo en el horizonte superficial, contrastan con el escaso contenido en arcilla (por debajo del 20%), por lo que predominarán las texturas franco-arenosas e incluso areno-francosas, salvo en los sectores en que aparecen desarrollados a partir de sedimentos aluviales, que suelen dar texturas francas, o rocas metamórficas de texturas más finas.Su carácter arenoso es un factor importante por minimizar la capacidad de campo ya que si bien la integral pluviométrica en la D.O.