No tarda en convertirse en indispensable, y Matilda acaba confiando ciertos secretos a la inteligente joven.
Sin alejarse de la familia que ya conoce tan bien, Becky se casa en secreto con el heredero, Rawdon Crawley.
Cuando George muere en la batalla de Waterloo, la amistad que unía a Becky con Amelia se rompe sin remedio.
Becky da a luz un niño, pero la posguerra es dura, tienen poco dinero y aún menos comodidades.
El caprichoso Steyne permite que Becky alcance su sueño, aunque el precio final quizá sea demasiado alto incluso para ella.