La cabeza de las hembras es dos o tres veces más grande que la de los machos en proporción a su tamaño, y sus colmillos también son proporcionalmente más grandes (típicamente 2,5 cm).
Algunos de los nombres comunes de esta serpiente son:[5] terciopelo (Costa Rica, Nicaragua), barba amarilla (Honduras, Guatemala), nauyaca, del nahuatl nahui-yacatl "nauhyacatl" o cuatro narices y mahuaquite (México y el resto de la región mesoamericana),[6] Ik’bolay en el idioma maya Q'eqchi' (Guatemala), yellow-jaw tommygoff (Belice), talla equis, equis, mapaná o cuatro narices (Colombia), equis (Panamá, Ecuador), fer-de-lance[2] y guayacán, macagua o mapanare (Venezuela).
Se encuentra en las tierras bajas del Atlántico del este de México y América Central, incluyendo Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
En América Central se encuentra desde el nivel del mar hasta una altitud de 1200-1300 m s.n.m.
En América del Sur, al parecer, su ocurrencia altitudional varía considerablemente e incluye zonas más elevadas: hasta 2500 m s.n.m.
Esta especie es principalmente nocturna, escondiéndose en la hojarasca o entre raíces de árboles durante el día.
[2] En comparación con la "barba amarilla" (B. atrox), estas serpientes han sido descritas como más excitables e impredecibles cuando son molestadas.
Cuando están acorralados y plenamente alertas, los especímenes adultos deben ser considerados muy peligrosos.
Se ha observado canibalismo en esta especie, pero otros tipos de ofiofagia son muy poco comunes.
Una de las razones porque tantas personas son mordidas por esta especie es su asociación con las habitaciones humanas donde viven sus presas comunes (ratas, ratones, lagartos).
Esto parece ocurrir especialmente si la zarigüeya no ha acabado de madurar (y por tanto el veneno está más concentrado por gramo).
En efecto, se ha sugerido el veneno extremadamente potente de la B. asper evolucionó como parte de una carrera armamentista evolutiva entre estas serpientes y la zarigüeyas didélfidas, como una adaptación defensiva para evitar la depredación por parte las zarigüeyas, una adaptación que le permitió a las serpientes predar zarigüeyas grandes, o ambas.
[14] Esta especie se consideraba anteriormente como una subespecie de Bothrops atrox (barba amarilla) y a menudo sigue siendo confundida con ella.