Aunque hay bastantes excavaciones en esta zona, estas están más centradas en la búsqueda de restos tartésicos que en los turdetanos.Su próspera economía es alabada por Estrabón quien afirma que los turdetanos son los más cultos de los íberos.Había toda una industria asociada a las minas, situadas donde anteriormente se encontraban las factorías tartésicas.Estas factorías se encontraban en un triángulo formado por las actuales Huelva, Cádiz y Sevilla.Estas minas han sido bien estudiadas por algunos historiadores, como Antonio Blanco Freijeiro o Rothenberg.También hubo otro tipo de industrias relacionadas con la pesca, conserveras y salazones sobre todo, siendo muy importantes en la zona del Estrecho.A la caída de Tartessos, el poder monárquico se disgrega y surgen pequeños reyes.Es posible que estos siervos se dedicaran a las tareas agrícolas y mineras.El ritual funerario encontrado en distintas necrópolis se basa en la incineración, aunque debido a no poder conseguir temperaturas demasiado altas, sería más preciso considerarlo cremación, ya que el cadáver no se reducía totalmente a cenizas.Estos últimos son enterrados con recipientes con hierbas aromáticas, ajuares que no cabían en la urna, y ofrendas de alimentos.Similar al método usado por numerosos poblados Iberos Se ha encontrado una serie de esculturas asociadas a ritos funerarios.Tienen cronología antigua, del siglo V a. C., y se cree que podían representar a gentes de las clases altas.También se han encontrado diversas estelas con animales mitológicos en Osuna, de cronología mucho más reciente, del siglo I a. C. Las necrópolis y las esculturas se cree que tienen más relación con la aculturación Ibera y posteriormente romana, que con las tradiciones funerarias autóctonas turdetanas.Posteriormente, los caudillos iberos-cartagineses emprendieron la marcha hacia el levante peninsular para fundar «Akra Leuké», que sería su primera base permanente de operaciones en la península ibérica y que posteriormente se convirtió en la Lucentum romana.Desde el año 197 a. C., casi todos los pueblos de Hispania se habían rebelado contra la presencia romana y sus despóticas maneras.