Tres siglos perduró el Reino de Nueva España para dar paso al I Imperio Mexicano.
En este alzamiento no se busca la independencia con la creación de un nuevo nación-estado, sino mantener el Reino, pero no estando federado al Imperio Hispánico y sí al monarca Fernando VII que se encontraba retenido en el castillo de Valençay por Napoleón Bonaparte.
Por ello, María Cristina decidió adoptar una postura más liberal respecto de su gobierno, para cosechar apoyo popular.
Esto se reflejaría también en una postura más abierta con respecto a las relaciones con las nuevas naciones americanas, para fomentar el comercio y reactivar la dañada economía española.
[9] En 1835, México también con graves problemas internos (Rebelión en Zacatecas e Independencia de Texas) designa como ministro plenipotenciario a Miguel Santa María, quien ya era ministro en Reino Unido, para firmar el tratado de paz.
Por su parte, la regencia española designó a José María Calatrava.