Las relaciones entre Bolivia y Chile desde la del tratado hasta la fecha han estado marcadas por las disposiciones de este, originando un continuo reclamo nacionalista en Bolivia en favor de un restablecimiento del acceso soberano al mar territorial.
Recién hacia fines del siglo XX las concesiones establecidas fueron aplicadas en su totalidad, y a partir de ello, Bolivia se ha planteado la posibilidad de objetar el tratado.
El conflicto comenzó a tomar mayor relevancia a medida que se extendía la explotación de sus riquezas (primero salitre y luego guano) y la firma del tratado de límites entre ambos países de 1874 no fue suficiente para evitar la escalada bélica.
De allí al norte, Bolivia y Chile convienen en una línea fronteriza hasta Tolacolla.
Siguiendo esta línea, el artículo 6.º establece que Chile reconoce a favor de Bolivia y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y el acceso a los puertos en el Pacífico, mientras el artículo 7.º establece que Bolivia tiene derecho a establecer agencias aduaneras en los puertos que designe para su comercio, pero, en tanto se implementen otros puertos, se especifican los puertos de Antofagasta y Arica.
El artículo 8.º indica la posibilidad de celebrar un tratado especial de comercio entre ambos países, tras lo cual los siguientes tres artículos indican otras facilidades al comercio entre ambos países.
Dado que ya los límites entre los países quedaron claramente definidos por este tratado bilateral.