La traducción normativa es la traducción de documentación perteneciente a la aprobación y conformidad de productos como dispositivos médicos, farmacéuticos y productos para diagnósticos in vitro.
Un gran número de países, incluidos Japón y los Estados Unidos, requieren que los dosieres de aprobación de nuevos productos sean presentados en la lengua local de los organismos reguladores para que sean leídos y analizados.
De manera similar, cualquier tipo de documentación asociada con cambios posteriores de productos ya aprobados o el informe de problemas sobre el terreno debe ser traducida para los países que así lo requieran.
Ello se debe a la naturaleza altamente técnica, delicada y regulada de los textos médicos, así como la estricta fidelidad de terminología que solicitan algunos países.
Entre algunos de los ejemplos[2] de tipos de documentos normativos que requieren traducción encontramos (aunque no se limita solo a éstos): Debido a que la traducción normativa es típicamente un proceso de varios pasos, la llevan a cabo, frecuentemente, agencias de traducción que supervisan la dirección del proyecto y al equipo de lingüistas.