En otras palabras, la valoración amperométrica se lleva a cabo en condiciones de no-equilibrio.
En la valoración amperométrica, la corriente que circula por la celda electróquímica se mide en función del volumen de reactivo añadido o en función del tiempo, si el reactivo es generado por un proceso culobimétrico a corriente constante[3].
La forma que toman estas curvas depende de las especies electroactivas implicadas.
Cuando ambos son electroactivos, se obtiene una curva con dos tramos lineales, uno de pendiente positiva y otro negativa.
Dado que en este proceso, el circuito auxiliar para la culombimetría trabaja a intensidad constante, el reactivo generado electrolíticamente, se calcula multiplicado la corriente por el tiempo y aplicando las leyes de Faraday de la electrólisis.