Se han postulado muchas funciones diferentes, pero no necesariamente mutuamente excluyentes, para el cefalofolio, incluida la recepción sensorial, las maniobras y la manipulación de presas.
El cefalofolio le da al tiburón visión binocular superior y percepción de profundidad.
Los órganos sensoriales situados en el cefalofoide detectan sobre todo las presas terrestres, como varias rayas.
Todos los tiburones martillo son vivíparos y desarrollan una placenta para que la madre cuide a las crías.
Algunas especies se cazan comercialmente, principalmente por sus aletas, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica especies individuales como “vulnerables” o “en peligro” debido a la fuerte presión pesquera.
Una característica especial es la coloración entre amarillo dorado y naranja del tiburón martillo de ojo pequeño, que probablemente se deba a su dieta principal; en los juveniles esta consiste en camarones ricos en carotenoides] camarones y, en los tiburones maduros, pescado y huevas de pescado, que también contienen estos pigmentos.
La boca se encuentra debajo del cefalofoil y suele tener forma parabólica.
[3] Los tiburones martillo tienen cinco hendiduras branquiales; el espiráculo está reducido en todas las especies.
El lóbulo caudal superior es siempre significativamente más grande que la primera aleta dorsal.
Otro sentido es el de detectar los campos eléctricos generados por los peces y así poder encontrar presas enterradas en la arena o a grandes distancias.
Por la noche, al igual que otros tiburones, se convierten en cazadores solitarios.
Tienen la cabeza muy expandida lateralmente con los ojos y los orificios nasales mucho más separados que en los demás tiburones; esta estructura cefálica probablemente sirva para aumentar sus capacidades sensoriales.
Los tiburones martillo se encuentran en todo el mundo, especialmente en las zonas costeras tropicales y subtropicales de los océanos.
En general no suelen atacar al ser humano, prefieren presas más pequeñas, y los buzos pueden nadar tranquilamente para observarlos sin llegar a perseguirlos.
Pueden ser peligrosos si hay animales heridos en el agua ya que su olfato está muy desarrollado.
[6][7] Además, incluso en regiones donde los tiburones martillo no son cazados propiamente dichos, se producen regularmente elevadas capturas accidentales, ya que los animales suelen estar asociados a especies muy buscadas comercialmente y muy pescadas cerca de la costa.