Para comprender mejor la historia de Turios hay que remontarse a finales del siglo VII a. C., cuando colonos aqueos del Peloponeso llegaron a las costas itálicas, al golfo de Tarento, y fundaron Síbaris en la llanura atravesada por los ríos Cratis, Esaro y Coscile (el antiguo Sibaris, epónimo de la ciudad).
En el momento de su mayor expansión, Síbaris entró en guerra con Crotona, y en el año 510 a. C. tuvo lugar el enfrentamiento cerca del río Trionto, en el límite entre los territorios de ambas ciudades, y vio la victoria aplastante de los crotoniatas, que pusieron cerco a Síbaris y tras setenta días la tomaron, la arrasaron e hicieron pasar sobre sus ruinas el curso del río Cratis.
Pero todas las tentativas fracasaron[5] hasta que Pericles decidió entrar en la escena política italiana.
En el año 302 a. C., la alianza itálica que intentaba asaltar la ciudad fue rechazada por Agatocles, señor de Siracusa.
En 282 a. C., Turios -para terminar con la amenaza lucana, acudió a los romanos, que habían enviado un ejército al mando de Cayo Fabricio Luscino, que consiguió la victoria y capturó al jefe de los lucanos, Esteno Estatilio.
Solo en época muy reciente se ha reocupado, después de haberse realizado grandes desecaciones.
Su descubrimiento se debe a U. Zanotti Bianco, que durante los años 1930 estuvo recluido en Síbaris por sus ideas antifascistas.
Este fue recluido en Paestum, donde en 1934 descubriría con Paola Zancani Montuoro el santuario de Hera junto a la desembocadura del Sílaris, que durante siglos venía siendo buscado sin éxito.
Diodoro Sículo dice que la ciudad estaba atravesada por siete grandes arteriasː cuatro en un sentido: Heraclea, Afrodisia, Olimpia y Dionisia.
En el mismo lugar existe una estratigrafía que llega hasta el siglo VII a. C., época de Síbaris.
Entre los monumentos descubiertos destacan los restos de una grada marítima del siglo IV a.