Grada (náutica)

La grada propiamente dicha es un plano con pendiente hacia el agua sobre el cual se enrama el esqueleto del barco y pone el forro que constituye el vaso estanco.

Destinadas en ocasiones a sostener durante mucho tiempo el peso de un buque, conviene que ofrezcan gran solidez, con cuyo objeto se establecen las gradas sobre profundos cimientos.

De no suceder esto y bajar el terreno por hundimiento en unos puntos respecto a otros, pueden producirse deformaciones o roturas del casco.

Sólo en casos poco frecuentes, cuando la botadura tiene lugar por deslizamiento transversal, dicho eje es paralelo a la orilla.

Aumentar artificialmente esta inclinación es por de pronto poco económico, pero además ofrece serios inconvenientes.

En el segundo, el pie de la grada queda sumergido y obliga a formar en sitio conveniente un dique de contención que hay que demoler a cada botadura.

No hay, pues, ventajas reales en exagerar la pendiente más allá de un valor que asegure, sin lugar a dudas, el lanzamiento, tanto más cuanto que el apuntalado del buque es tanto más fácil cuanto menor es la inclinación; 1/15 es el límite superior que se halla en la práctica para gradas longitudinales.

Cuanto más anchura tenga el plan será menor la presión, es decir, la fuerza ejercida por unidad de superficie.

Para construcciones más importantes se hacen las gradas labrándolas en la roca viva o cimentándolas si el terreno no ofrece la necesaria resistencia.

En otros tiempos, lo contorneaba una gradería, cuyos escalones, llamados banquetas, se prestaba a un fácil apuntalado del casco.

Una grada en Cala Pi , en la costa de Lluchmayor , Mallorca
Una grada con cabrestante en Porthgwarra , Cornualles , Reino Unido.
Una grada en el puerto de South Shields, Tyne and Wear, Inglaterra