En su educación, las influencias más importantes fueron, probablemente, Charles Darwin y Herbert Spencer, cuyo trabajo en la segunda mitad del siglo xix provocó un enorme interés en la perspectiva evolutiva de las sociedades humanas.
En 1920, su esposa sufre una crisis nerviosa y muere, tras lo cual Veblen asumiría un rol activo en el cuidado de sus hijastras.
Tras su graduación en Yale, Veblen no pudo conseguir trabajo como académico, en parte gracias a los prejuicios contra los noruegos, y, por otro lado, debido a que la mayoría de las universidades no lo consideraban suficientemente formado en el cristianismo.
Veblen regresó, entonces, a la granja familiar para recuperarse de una malaria contraída en Baltimore; permanecería allí seis años, tiempo que ocupó leyendo con fruición todo lo que caía en sus manos: política, antropología, economía, sociología y libros religiosos.
En 1919, junto a Charles Beard, James Harvey Robinson y John Dewey, ayudó a fundar la Nueva Escuela de Investigación Social (New School for Social Research, hoy conocida simplemente como The New School).
[cita requerida] Pese a que existe dicha interpretación del libro,[¿por quién?]
[cita requerida] En 1927, Thorstein Veblen regresó a la propiedad que todavía poseía en Palo Alto (California), donde falleció en agosto de 1929, menos de tres meses antes del colapso económico mundial que supuso el crac del 29.
En esta obra definió los términos consumo ostensible y emulación pecuniaria, ampliamente utilizados en sociología.
Según Veblen, aunque toda sociedad depende de ciertas herramientas y habilidades para proseguir el proceso vital, hay una estructura que confiere un estatus distinto a cada miembro de la sociedad y que se opone a los imperativos instrumentales (tecnológicos).
De ahí nace la dicotomía: la vertiente ceremonial está relacionada con el pasado, apoyado por las leyendas de la tribu; la vertiente instrumental es juzgada por su capacidad para adaptarse al imperativo tecnológico al que se enfrenta la sociedad y su capacidad para controlar las consecuencias futuras.