En los años 1980 dio un giro a su carrera artística incursionando dentro del género de la salsa y grabando junto a Willie Colón y otros grandes exponentes del género tres álbumes grabados en la ciudad de Nueva York.
Allí la conoció la periodista venezolana Sofía Imber, que la invitó a participar diariamente y durante un año en su programa televisivo matinal «Buenos Días», con el que se dio a conocer al gran público venezolano.
En este primer trabajo, Soledad exhibió una voz privilegiada que le permitió alcanzar éxito de ventas y comenzó a marcar un estilo propio que le abrió las puertas para futuras grabaciones.
En este álbum aborda temas de autores latinoamericanos como Atahualpa Yupanqui, Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti y Violeta Parra entre otros.
En 1973 editó uno de sus discos más populares denominado Canciones de la nueva Trova Cubana donde Soledad Bravo da a conocer a dos cantautores, desconocidos para el momento como lo serían Pablo Milanés y Silvio Rodríguez.
Este álbum fue lanzado en varios países de Latinoamérica, España y Francia, y a su vez tuvo una gran importancia en Cuba con la canción «Hasta siempre comandante», con la que logró ser conocida en toda Latinoamérica.
Se presentó en los escenarios españoles junto a grandes figuras de la canción hispana, como Lluís Llach, Maria del Mar Bonet y Manolo Sanlúcar.
En 1977 grabó en Roma y Madrid, junto a Rafael Alberti, un álbum con sus poemas del exilio, algunos de ellos inéditos.
El álbum, titulado Caribe, conjunta un repertorio escogido por Soledad con los arreglos y el sonido más novedoso de la época.
De esta producción destacan los temas: «Hay que ser del Caribe», «Angelitos negros» del poeta venezolano Andrés Eloy Blanco y el bonus track «Gracias a la vida» de Violeta Parra.
Está casada con el chileno Antonio Sánchez García, quien es además su representante, y tiene una hija, Ana Sol.
En 2015, lanza al mercado el triple álbum en vivo titulado El Arte de Soledad Bravo donde interpreta sus grandes éxitos en concierto.
Presentándose a casa llena en las ciudades de Orlando y Miami, con un concierto intimo titulado Canciones Del Alma acompañada por el Maestro José Negroni en el piano.