[1] Aunque otras fuentes indican que el término fue usado por primera vez en la campaña electoral francesa de 1898 por el mismo Maurice Barrès, con la frase “nacionalismo socialista”[2] o “socialismo nacionalista”.
[6] Pero publicaciones posteriores de Morès revelan un enfoque más complejo e idiosincrático hacia el socialismo, especialmente el panfleto de 48 páginas publicado en 1892, Rothschild, Ravachol y cia., donde atacaba a los judíos y a sus “aliados”: “los masones, la prensa, la bolsa y el peligro rojo”.
Así, la idea de un “socialismo nacional” rápidamente se extendió por toda Europa.
Hervé en su juventud había sido un socialista de posturas antimilitaristas y antinacionalistas.
En 1919 creó el Partido Socialista Nacional (PSN), que defendía la colaboración y solidaridad de clases.
Sin embargo, en 1927 el nombre volvió a ser “Partido Socialista Nacional”.
En 1932 fue renombrado nuevamente como “Milicia Socialista Nacional”, desde donde surgirá el francismo de Marcel Bucard.
[8] Tanto los socialistas nacionales checos como el Partido de los Trabajadores Alemanes de Austria y Bohemia nacieron como movimientos radicalmente reformistas y socialmente progresivos.
Aunque era nacionalista, no era racista, imperialista ni militarista.Difería del socialismo marxista en su defensa de todos los sectores trabajadores de la sociedad, fueran obreros, campesinos, clase media o intelectuales, y en su preferencia por un socialismo mixto.
Hacia 1913, el DAP se había transformado en un partido racista, pangermanista y antisemita.
[8] Entre tanto, el Partido Social Nacional Checo desempeñaría un papel considerable en la política checoslovaca de entreguerras, con Edvard Beneš llegando a ser Primer ministro y dos veces Presidente de Checoslovaquia.
Intelectuales sindicalistas como Roberto Michels, Angelo Oliviero Olivetti, Filippo Corridoni y Sergio Panunzio, entre otros, dieron la justificación racional para este primer socialismo nacional italiano, que sería el origen del fascismo.
[13] Un grupo, liderado por Panunzio, le pidió al joven Mussolini que reconsiderara su oposición inicial a la intervención italiana en el conflicto.Gregor, A. James (1979).
“El sentimiento de nacionalidad existe”, sostenía, “y no puede ser negado.
Su periódico, Il Popolo d’Italia, se convirtió en el vehículo de propaganda no oficial del Fascio intervencionista.
Este socialismo nacional integraría a las clases trabajadoras en la totalidad orgánica de la nación histórica.
Al interior de la República Social Italiana, Mussolini apoyó el nacimiento de un “Agrupamiento Nacional Republicano Socialista”, bajo el mando del exsocialista Edmondo Cione y otros exsocialistas mussolinianos como Carlo Silvestri y sindicalistas revolucionarios como Pulvio Zocchi, que, no obstante no declararse abiertamente fascistas, buscaban proporcionar una cobertura “de izquierda” para el nuevo régimen.
A tal “Agrupamiento” le fue también concedido por Mussolini un periódico político, L’Italia del Popolo (nombre aconsejado por el propio Mussolini, para recordar al del viejo periódico de Giuseppe Mazzini).
En 1896, Naumann fundó la “Nationalsozialer Verein” (“Asociación Nacional Social”), a partir de un grupo que se había desprendido del Congreso Social Evangélico del predicador protestante antisemita y socialcristiano Adolf Stoecker.
Otros primeros pensadores del “socialismo nacional” en Alemania fueron Johann Plenge, Paul Lensch, Oswald Spengler y Werner Sombart.
[17] Ideas similares expresaron, para la misma época, el socialdemócrata Paul Lensch, con su idea de “la guerra como una revolución mundial”, la cual habría instaurado el socialismo en Alemania a través del socialismo de guerra, y Oswald Spengler, con su libro Prusianismo y socialismo, en donde sostenía que el espíritu prusiano se había manifestado en la movilización de 1914, constituyendo un socialismo autóctono opuesto al espíritu inglés de individualismo liberal.
La posición política de este partido fue calificada por Benjamin Lapp como un “socialismo nacional”.
Fue pionero en promover el desarrollo de la energía hidroeléctrica y la utilización del hidrógeno como combustible.
Fue un hombre muy culto, era políglota y fue diplomático en varios países, se dice que tenía una voz grave y potente, con discursos siempre técnicos pero elocuentes, en sus mítines se han registrado citas a Platón, Marco Aurelio, Otto von Bismarck e incluso Karl Marx o Vladimir Lenin.
d) La fundación y prestigio del Banco Ganadero Agrícola e Industrial, o la formación de una sección principal e independiente en el Banco Hipotecario, con recursos propios de ese Instituto, que llene esas primordiales aspiraciones de crédito a las industrias con toda la intensidad que permitiere la actualidad económica.
[23] El término no sólo fue utilizado por el peronismo, sino también, dentro del mismo contexto, por la corriente de la “izquierda nacional”, que fue “compañera de ruta” del peronismo para la misma época.
La izquierda nacional tuvo influencia también en países vecinos como Bolivia, Chile y Uruguay.
Según una investigación realizada por el sociólogo argentino Torcuato S. Di Tella, en Japón también hubo intentos de “socialismo nacional” durante la primera mitad del siglo XX, aunque no fueron tan exitosos como en otras partes, debido principalmente a la mentalidad predominantemente conservadora de la sociedad japonesa.