Simón de Montoya

Presentado a Carlos de Borbón y Austria-Este, se le destinó el 7 de agosto a las inmediatas órdenes del general Ollo; asistió con este jefe a la toma del fuerte de las Campanas el día 14; a la acción de Allo, el 22; a la toma del fuerte de Estella, el 24 y a la acción de Dicastillo, el 25.

[3]​ Al día siguiente de esta acción, Montoya (ascendido recientemente a teniente coronel) fue nombrado segundo jefe del Batallón del Príncipe, 3.º de Navarra.

[4]​ En enero de 1874 formó parte el teniente coronel Montoya, con su batallón, de la expedición que salió para la provincia de Santander a las órdenes del general Mendiry; regresó a Navarra a principios de febrero y el día 6 de este mes fue nombrado primer jefe del 3.º de Navarra, en el que había servido anteriormente y con el cual salió a primeros de marzo, escoltando un convoy de municiones destinado al ejército sitiador de Bilbao, el cual convoy condujo felizmente a su destino, no sin vencer, con singular valor e inteligencia serias dificultades que el enemigo quiso oponerle a su paso por la llanada de Vitoria.

Asistió también a las operaciones sobre Treviño y encargado al poco tiempo del mando de la 2.ª División de Navarra, cañoneó a Logroño, peleó ventajosamente en Salvatierra e hizo construir varias fortificaciones en la línea cuya defensa se le confió y que se extendía desde Anoz hasta Viana.

No pudo participar activamente en las operaciones por causa del mal estado de su salud; se le encargó el despacho ordinario de la Comandancia general de Navarra y ayudar al general Lerga en la defensa de Estella, lo cual hizo con todo el mayor celo; pero agravada su enfermedad, no pudo continuar trabajando, ni aun en el servicio de las oficinas, y se vio precisado a hacer uso de dos meses de licencia, que por prescripción facultativa se le concedieron y que no llegó a disfrutar, porque habiéndose precipitado la terminación de la guerra, permaneció en España hasta que después de pasar la frontera Don Carlos, emigró también Montoya a Francia.