Considerada entre las mejores Carmen, Eboli, Lady Macbeth y Dalila del siglo XX.
Comenzó sus estudios musicales en Chicago con Anna Fitziu y luego continuó en la Academia Juilliard de Nueva York con Székély-Fresc.
Su carrera internacional comenzó en 1962, debutando en Spoleto en Carmen, que cantó también en el Teatro Bolshói de Moscú en 1963.
Más tarde, interpretó Norma en San Francisco, Desdemona y Tosca en Boston.
En 2003, publicó sus memorias, I Never Walked Alone (Nunca caminé sola), donde hablaba sobre el racismo al que tuvo que enfrentarse en el ambiente de la música clásica estadounidense.